El colorido mural que rinde homenaje a los pangueros de Playa Norte con la técnica del trencadis, en Mazatlán
Con mosaicos rotos un grupo de arquitectos y maestros albañiles lograron una obra de arte en el antiguo edificio de Mexicana de Aviación en el Paseo Claussen


“Panguero mazatleco, aguerrido pescador pata salada que día a día sale a la conquista del mar en busca de un sustento honrado para sacar adelante a toda su querida familia”.
Esta leyenda se puede leer en una placa colocada en el costado del antiguo edificio de Mexicana de Aviación ubicado en la esquina del Paseo Claussen y Belisario Domínguez, una de los principales accesos al centro histórico de Mazatlán.
La placa antecede a un enorme y colorido mural, que además de ser un trabajo arquitectónico minucioso es una obra de arte, en el edificio que ahora alberga las oficinas del Grupo Técnica Dieléctrica, cuyo presidente quiso hacerle un homenaje a los hombres de mar que tienen su refugio en Playa Norte, casi frente a dicha construcción.
El arquitecto David Hafet Escobar Reynoso, quien dirigió los esfuerzos para la creación de este mural hace más de un año, señala que la idea del dueño del edificio pudo concretarse gracias a la creatividad y esfuerzo de un gran equipo de trabajo.
“Hay una arquitecta que es más artista que otra cosa, se llama Rosa Gabriela Rodríguez Alanís, ella hizo varios bocetos de qué es lo se podía plasmar en ese gran muro, porque el dueño quería una alegoría de Mazatlán, entonces este lo aprobó el director porque estamos frente a Playa Norte que es la playa tradicional de los pangueros mazatlecos”, explica.

El mural, realizado por los maestros albañiles mazatlecos Adrián Aguilar Arámburo y Ramón Abrajam Álvarez mide aproximadamente 10 metros de altura por 14 metros de ancho y en él utilizaron la técnica del trencadis, desarrollada por el arquitecto español Antoni Gaudí.
“Esta técnica del trencadis viene de los mosaicos bizantinos, de los azulejos venecianos y después un arquitecto español que es muy famoso y estamos lejos de alcanzar su maestría porque era un genio desarrolló esta técnica para hacer muchas de sus obras, sobre todo él se desarrolló en Barcelona”, platica Escobar Reynoso.
Con esta técnica se crean diseños coloridos y dinámicos que se adaptan orgánicamente a las superficies y se utilizan para decorar fachadas, paredes y esculturas.
Colores del mar: un mural que captura la esencia de los pescadores
La imagen lograda con mosaicos rotos de diferentes colores es la de un hombre pescando en su panga tirando una atarraya con el fondo de las tres islas en un amanecer de Mazatlán.
“Así de simple fue la idea, claro que se dibujó, se escaló y luego poco a poco con un armado de andamios se fue haciendo poco a poco, el periodo de ejecución fue de aproximadamente dos meses, dos meses y medio con los dos maestros albañiles que le saben muy bien a la técnica y con esto se perfeccionaron”, señala.

La fachada del edificio se trabajó con la misma técnica, pero a menor escala para representar un atardecer.
El arquitecto Escobar Reynoso, explica que originalmente la idea fue utilizar esta técnica únicamente en la fachad, porque los muros tienen una inclinación que implica mucho mantenimiento si estuvieran pintados y con este recubrimiento se evita pintarlos y siempre estarán coloridos.
La mayor parte de los mosaicos son saldos que van quedando en las tiendas y así se les da nueva vida, los maestros albañiles los van rompiendo del tamaño adecuado para ir creando la forma y las figuras.
“Se escogieron los colores con base en el boceto que hizo Rosita, se cuantifica más o menos cuántos rojos, cuántos amarillos y así se van comprando, así se van adquiriendo”.
Transformando espacios: el impacto del mural en el entorno urbano
Una vez culminado el trabajo el dueño del edificio quedó satisfecho, los arquitectos y albañies lo califican como un reto superado y este mural ha servido para que el arte y la técnica del trencadis se extienda a otras edificaciones de Mazatlán.
“Ya hay otro mural que hicieron los mismos maestros en una iglesia en construcción en Avenida del Delfín y Paseo del Atlántico, es un mural en menor escala de arte sacro pero también con la técnica del Trencadis”, asegura.

El Arquitecto Escobar Reynoso, quien cuenta con una larga trayectoria en su ámbito laboral, asevera que este fue un trabajo laborioso, aunque había utilizado la técnica del trencadis en otros proyectos este en particular fue un proceso interesante por sus dimensiones y el significado que tiene para la comunidad.
El mural que rinde homenaje a los pangueros de Mazatlán no solo es una obra de arte, sino un símbolo de la resiliencia y la tradición de la comunidad pesquera.
La técnica del trencadis, utilizada por talentosos maestros albañiles, transforma un simple edificio en un testimonio vibrante de la cultura local.
Con un diseño que captura la esencia del mar y el esfuerzo diario de los pescadores, este mural invita a los mazatlecos y visitantes a reflexionar sobre la importancia de preservar sus tradiciones y apoyarse mutuamente.
La satisfacción del propietario y el reconocimiento del equipo de trabajo destacan la colaboración entre arquitectura y arte, así como el potencial de iniciativas similares para embellecer y enriquecer el entorno urbano. 
A medida que la técnica del trencadis se expande a otros proyectos en la ciudad, se abre una nueva puerta para la valorización de la cultura local, recordándonos que el arte puede ser un poderoso vehículo para la identidad y el orgullo comunitario.
Este mural es una obra de arte que destaca en Mazatlán, convirtiéndolo en un referente de creatividad y tradición.









