María López Castro lleva el gusto por la lectura a las escuelas de Culiacán
Jesús María López Castro impulsa el gusto por la lectura en escuelas de Culiacán con libros accesibles y donaciones que fortalecen las bibliotecas escolares


En medio de patios llenos de risas, timbres escolares y mochilas coloridas, una mujer recorre las escuelas de Culiacán con una misión clara: acercar la lectura a los jóvenes a un precio al alcance de todos.
Su nombre es Jesús María López Castro, y desde hace ocho años se dedica a promover libros en las escuelas como parte del equipo de la empresa Asesores Educativos.

Con su mesa repleta de títulos y portadas llamativas, Jesús María se instala un par de días en cada plantel para ofrecer literatura universal, adaptaciones y obras contemporáneas que despiertan la curiosidad de los estudiantes.
Obras literarias al alcance y gusto de todos
Su paso reciente por la Escuela Secundaria General No. 5 “Ing. Juan de Dios Bátiz Paredes”, en El Palmito, dejó ver no solo su compromiso, sino también la pasión con la que conecta a los jóvenes con el mundo de las letras.
“Los precios son accesibles para que todos puedan tener un libro”, comenta mientras acomoda ejemplares de autores como Julio Verne, Lovecraft, Edgar Allan Poe y Agatha Christie.
“Muchos estudiantes me preguntan qué leer, y me gusta recomendarles según su edad o intereses; algunos se van por la fantasía, otros por el misterio o el terror”.
Su trabajo, además de fomentar la lectura, contribuye al crecimiento de las bibliotecas escolares.
Por cada jornada de venta, la empresa dona libros al plantel visitado, ampliando el acervo con obras nuevas y actuales. De esta manera, los jóvenes pueden explorar títulos más allá del material oficial de la Secretaría de Educación Pública.
“Nos gusta que las escuelas se modernicen literariamente, que los alumnos encuentren obras frescas, diferentes, que los inspiren”, explica.
Sin embargo, no todas las puertas se abren con la misma facilidad: algunas instituciones dudan en permitir la actividad por cuestiones administrativas. Aun así, la promotora confía en que los beneficios culturales siempre terminan hablando por sí solos.
“Leer también puede ser una forma de viajar”
Durante ocho años —con una pausa obligada durante la pandemia—, Jesús María ha sido testigo de cómo cambia la relación de los adolescentes con los libros.
“Antes veías más desinterés, ahora muchos se acercan por curiosidad o por moda, y terminan encantados. Algunos descubren que leer también puede ser una forma de viajar o de entenderse a sí mismos”, señala con una sonrisa.
Los títulos que más buscan, cuenta, son los de terror y fantasía, géneros que conectan con la imaginación y las emociones propias de la juventud. Pero también hay espacio para clásicos y obras románticas, que nunca pierden su lugar en las mochilas.
Para Jesús María, esta labor no es solo un empleo, sino una vocación. “Acercar a los jóvenes a la lectura es acercarlos a su propio crecimiento. Leer los hace más críticos, más sensibles, más humanos”.













