Kassandra, la influencer de Culiacán que aprendió a vivir agradecida, aún con el corazón reparado
A los 26 años, Kassandra Natalia Uriarte Urquídez ha demostrado que la fortaleza va más allá del dolor.

A los 26 años, Kassandra Natalia Uriarte Urquídez ha demostrado que la fortaleza no se mide por la ausencia de dolor, sino por la capacidad de sonreír a pesar de él.
Nació con un síndrome que afecta su corazón, su vista y su columna, pero eso nunca le impidió vivir con entusiasmo y propósito.
Una vida resiliente

Desde niña aprendió a enfrentarse a los hospitales, los tratamientos y las cirugías, con una valentía que inspira.
"A mí siempre me va a doler algo, pero trato de hacer mi vida lo más normal posible. No me gusta que me vean como una persona especial, porque yo también puedo", dice para Tus Buenas Noticias.
Estudió la licenciatura en Políticas Públicas en la Universidad Autónoma de Sinaloa, carrera que terminó con esfuerzo y dedicación. Recuerda esos años como una etapa de mucho aprendizaje y lucha.
"Siempre he sido inquieta. Estudiaba, trabajaba, participaba en proyectos, pero mi cuerpo me pedía descanso y tuve que aprender a escucharme". Su salud la obligó a hacer pausas, pero nunca a rendirse.
Una nueva oportunidad de vida

A lo largo de su vida ha pasado por cuatro cirugías, una de ellas de corazón abierto. Cada intervención significó un nuevo reto, pero también una oportunidad para agradecer.
"Cuando pasas tanto tiempo en un hospital, aprendes a valorar las cosas más simples: respirar sin dolor, ver a tu familia, tomar un vaso de agua. Aprendí que nada está garantizado y que hay que vivir con gratitud", señala.
En 2021 perdió a su madre, el pilar más grande de su vida. "Sentí que se me acababa el mundo, pero entendí que Dios no se equivoca. Si ella me hubiera visto pasar por mi cirugía, le habría dolido más que a mí. Ahora sé que desde el cielo me cuida".
Esa pérdida fortaleció su fe y la impulsó a valorar cada instante.
En 2023 viajó a Ciudad Obregón para una cirugía de corazón. Su familia estaba llena de miedo, pero ella no. "Le decía a mi papá: no te preocupes, todo va a salir bien". Y así fue.
Superó la operación y, meses después, cuando se preparaba para otra, los médicos descubrieron algo sorprendente: ya no era necesaria. "Fue un milagro. Desde ese día no he vuelto a sentir dolor. Dios me dio una segunda oportunidad", dice con emoción.
Una influencer en positivo

Hoy, Kassandra comparte su historia en redes sociales para motivar a otros. Se ha convertido en una voz de esperanza y resiliencia, inspirando a miles con sus mensajes llenos de fe y amor propio.
"Si mi historia puede hacer que una persona no se rinda, ya valió la pena. La enfermedad no me define, me define mi manera de vivir".
Con una sonrisa que ilumina su rostro, Kassandra sigue adelante, agradecida con la vida. "Mi sueño no es tener mucho dinero ni fama, es despertar cada mañana, estar viva y poder disfrutar a mi familia".
Su vida es una prueba de que la fe mueve montañas y que el corazón más fuerte no es el que late sin fallar, sino el que sigue latiendo con amor.
Porque, como ella reconoce, "Dios da sus peores batallas a sus mejores guerreros".



































