Bollito Casero: el horno donde Francisco y Cristina amasan esperanza en el sector Las Américas en Culiacán
Bollito Casero, el negocio de Francisco y Cristina en Las Américas, Culiacán, nació entre retos de salud y esperanza. Con pan casero y esfuerzo diario, la pareja impulsa un proyecto familiar que inspira a su comunidad


En una esquina tranquila del sector Las Américas, en Culiacán, el aroma a pan recién hecho se mezcla con la calidez de un hogar que ha sabido convertir la adversidad en impulso.
Ahí, Francisco Jaramillo y Cristina Graciano trabajan hombro a hombro, levantando Bollito Casero, una pequeña panadería que nació del deseo de salir adelante.
Francisco y Cristina iniciaron su emprendimiento casi por accidente. Todo comenzó con una pizzería que no despegó, pero que encendió una chispa de inspiración.
“Como ya estaba el horno prendido, pensé: ¿por qué no horneo un poco de pan? Y así nació la idea”, recuerda Francisco.
Una historia de esfuerzo, fe y pan recién hecho en Las Américas
Sin embargo, la vida les puso más pruebas. Francisco enfermó gravemente. “Me operaron de la cadera, me pusieron una prótesis que rechacé. Se me infectó y quedé en el hospital. Después vino la anemia, luego cáncer, Parkinson y problemas renales. Pero aquí sigo, adelante, por mi esposa y mi hija Victoria”, cuenta con serenidad admirable.
Durante su recuperación, el negocio se detuvo varias veces. “No hemos sido muy constantes porque él se ha enfermado mucho”, explica Cristina.
“Pero decidimos seguir. Yo hago los bollos y él los vende por la tarde. Así es trabajo para los dos, y nos mantenemos juntos como familia”, añade.
Francisco cuenta cómo, gracias a su creatividad, tomó una mesa vieja, un paraguas parchado y una vitrina de vidrio para crear lo que ahora es su icónico carrito de ventas en la calle Galileo #872, del fraccionamiento Villa Universidad.
De la pizzería pasaron al pan casero, luego a los buñuelos, roles, donas y galletas rellenas de cajeta. “Hay veces que las cosas no se venden, otras que sí. Pero hay que insistir”, dice.
“Un día vivido, un día ganado. Y cuando amanezco, doy gracias porque desperté”, añade Francisco con fortaleza.
El negocio también se ha vuelto una forma de ayudar. “A veces pasa gente buscando en la basura y les doy un bollo. No lo hago para que Dios me dé más, lo hago porque así debe ser, por hacer las cosas de corazón”, menciona.
Venden de lunes a viernes, entre 4:30 y 7:30 de la tarde. “Pero ya la gente nos va conociendo. Un negocio no es nomás ponerse; uno tiene que estar dispuesto a ganarlo todo o a perderlo todo”, reflexiona.
Hoy venden bollos de vainilla, chispas de chocolate y zanahoria. Los precios van de 12 a 15 pesos. También ofrecen buñuelos y galletas rellenas a 50 pesos la bolsita o cajita.
Además, la familia realiza pedidos especiales en Instagram @bollito_casero, Facebook Bollito Casero Cln y por WhatsApp 6671767062.
Cuando el sol cae sobre Las Américas, Francisco acomoda su vitrina y limpia con esmero el cristal. Cristina le pasa los bollos recién horneados, aún tibios. A veces pasa un cliente fiel, a veces un niño curioso, o alguien que solo busca un antojo dulce para la tarde.
Antes de guardar su mesa, deja un mensaje para quienes sueñan con emprender:
“Que no se rindan. Que no esperen a tenerlo todo para empezar. Lo importante es moverse, aunque sea poquito, aunque duela. Si algo no sale, se vuelve a intentar. Pero nunca dejar de hacer”, finalizó.
Productos estrellas de Bollito Casero
- Bollos de vainilla
Bollos de chispas de chocolate
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Bollos de zanahoria
Buñuelos tradicionales
Roles y donas caseras
- Galletas rellenas de cajeta














