Logo

La herrería, oficio y herencia de Gregorio Breceda García en Urías

“Herregreg” hace honor al legado de una familia que con esfuerzo y responsabilidad ha trabajado arduamente desde hace décadas en Mazatlán

4 noviembre, 2025
Gregorio Breceda hace honor al legado de su padre trabajando en la herrería que ha pertenecido a la familia desde hace décadas en el sector Urías de Mazatlán
Gregorio Breceda hace honor al legado de su padre trabajando en la herrería que ha pertenecido a la familia desde hace décadas en el sector Urías de Mazatlán

La familia Breceda García ha habitado en la misma esquina de la colonia Urías por más de 6 décadas.

Fidel Breceda y María Encarnación García se establecieron en este lugar, en la esquina de las calles Escolar y Segunda Escolar, ahí formaron su hogar, con una familia numerosa de 12 hijos que crecieron y aprendieron los valores y la importancia del trabajo gracias al ejemplo de sus padres.

De los 12 hijos, todos los hombres siguieron el oficio de su papá, la herrería.

Suscribirme Newsletter

Don Fidel enseñó a sus hijos a trabajar desde pequeños, todos se criaron viéndolo en su herrería haciendo los trabajos que le pedían los clientes, con toda la dedicación y responsabilidad que hoy ellos conservan y ponen a diario en práctica.

Gregorio Breceda García, hijo de Fidel y María es quien ocupa actualmente la herrería que fuera de su padre, desde 2008 él se hace cargo de su propio negocio “Herregreg” con el que continúa orgullosamente con el legado del oficio familiar.

imagen recuadro

La transición de un oficio que une generaciones

Gregorio fue un niño inquieto, recuerda que aprendió desde pequeño a soldar y aplicaba sus conocimientos en los trabajos manuales que le pedían en la escuela, su habilidad era tal, que los maestros ponían en duda que fuera él quien hacía las tareas.

“Yo a los 12 o 13 años ya soldaba cosas, hacíamos manualidades en la escuela y los maestros no creían, nos decían: dile a tu papá que no te haga las cosas él, de hecho vino un profesor y le dijo a mi papá que si le volvía a hacer la tarea al niño me iba a poner baja calificación, pero pues de todos modos me sacaba baja calificación” dice con una sonrisa al recordar la anécdota.


Gregorio estudió solo hasta segundo grado de secundaria y después empezó a trabajar, pero a sus 18 años decidió migrar a Estados Unidos para buscar mejores oportunidades en su oficio.

“Crucé corriendo por Nogales, llegué con unas amistades a Arizona luego estuve en California y Washington siempre trabajando como herrero, pero lo que aquí ganaba en una semana allá lo ganas en un día” señala.


imagen recuadro

Al poco tiempo de estar en la Unión Americana Gregorio se llevó a su familia pues ya tenía esposa y dos hijas. Allá vivieron cerca de 10 años en los que gracias al trabajo pudieron salir adelante y tener ahorros.

“Trabajaba con puro mexicano y allá el mexicano hace mucho tiempo extra, por eso solo el que no quiere hacer un patrimonio no lo hace, el trabajo es más ligero y bien pagado”, asegura.


La búsqueda de nuevas oportunidades

La vida de Gregorio y su familia dio un giro cuando autoridades estadounidenses lo sorprendieron trabajando sin papeles para hacerlo, así lo deportaron y junto con su esposa e hijas se estableció en Nogales, Sonora, donde gracias a sus ahorros pudo montar un negocio.

“Montamos una compañía de reparto de agua, compré unas pipas y un par de camiones para el negocio, yo le daba mantenimiento a los vehículos si algo les pasaba” plática.


Luego de otros 10 años en Sonora Gregorio regresó a Mazatlán, la muerte de su padre lo trajo de regreso al puerto para quedarse.

En 2008 al asistir al velorio decidió no regresar a la frontera e inició de nuevo con el negocio de la herrería, en el mismo lugar en el que aprendió de niño y que hoy es el local donde trabaja a diario.

imagen recuadro

Regreso a las raíces y la continuidad del negocio familiar

Así Gregorio inició una nueva etapa en su vida, en su tierra, ejerciendo el oficio que le enseñaron en casa y que le ha permitido a su familia tener un sustento durante décadas.

“Aquí en el taller hacemos de todo en acero al carbón y acero inoxidable, un poco le entramos al aluminio, pero no es nuestro fuerte, hacemos desde una parrilla para motocicleta hasta un tejaban grande, sí le “inteligimos” porque fuimos a la universidad de todología” dice orgulloso de su negocio.


Aunque la vida ha llevado a Gregorio por situaciones complicadas, él se precia de tener bien aclientado el negocio gracias a su trabajo responsable, aunque ha hecho muchas tarjetas de presentación para repartir, asegura que muchos clientes llegan por recomendación de boca en boca.

Durante la pandemia Gregorio vivió una de las pruebas más complicadas que ha tenido, aunque no se enfermó de COVID, su salud se vio mermada por una complicación en el colon que lo llevó a tener siete operaciones y pasar dos años con una colostomía.

Aún en esa situación la herrería nunca cerró y Gregorio se mantuvo activo al frente del negocio.

“Yo cumplía mi cuarentena y me venía a trabajar, tenía gente trabajando, pero yo soy muy testarudo, tengo que estar viendo lo que se está haciendo para saber si está bien o no, no los dejaba solos porque es mi responsabilidad, el trabajador puede fallar pero el que la riega es quien se comprometió” dice convencido.


A pesar de la larga lista de intervenciones quirúrgicas hoy Gregorio está por cumplir dos años sano y a sus 63 años dice sentirse con ánimos y fuerzas para seguir trabajando.

imagen recuadro

Enseñanzas para el futuro: la educación y el trabajo en la vida de José Ángel

Actualmente Gregorio vive con su hijo José Ángel, que a sus 14 años también está aprendiendo a soldar, pero con él la historia es diferente.

“Yo no quiero que se enfoque en la soldadura porque este es un trabajo muy duro, muy difícil, nunca andas limpio, ni con tus manos sanas, siempre andas golpeado y cansado. Pero si quiero que aprenda del negocio porque es muy listo, me trae puros dieces, yo quiero que tenga su carrera además de saber trabajar en esto”, asegura.


La historia de Gregorio y la familia Breceda García es un testimonio inspirador de perseverancia y legado.

A través de generaciones, han cultivado no solo habilidades en herrería, sino también valores fundamentales como el trabajo duro y la responsabilidad.

Gregorio, quien ha enfrentado adversidades, demuestra que el compromiso con su oficio y su familia es la clave para superar cualquier desafío.

imagen recuadro

Hoy, mientras comparte su conocimiento con su hijo José Ángel, la familia continúa su tradición, adaptándose a los tiempos y enseñando que, aunque el camino puede ser difícil, el esfuerzo y la dedicación siempre dan frutos.

La herrería “Herregreg” no solo es un negocio; es un símbolo de resistencia y esperanza para las futuras generaciones en el sector Urías de Mazatlán, recordándonos que el verdadero éxito radica en el trabajo honesto, la pasión por lo que hacemos y en las raíces que nos sostienen.



Enlaces patrocinados
×
Boletín Tus Buenas Noticias