Raúl Alonso Salazar Orozco: un mazatleco llevando innovación y esperanza a la Expo Ciencias Internacional
El joven estudiante de medicina llevó hasta Abu Dabi su proyecto Cárica, un desparasitante creado a base de semillas de papaya


El nombre de Raúl Alonso Salazar Orozco se volvió conocido en las últimas semanas debido a su participación en el evento MILSET Expo Ciencias Internacional 2025 realizado en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, del 27 de septiembre al 3 de octubre.
El joven estudiante de medicina, de 19 años de edad, fue parte de este evento al lado de más de mil jóvenes de 50 países de todo el mundo que presentaron más de 600 proyectos, en una feria de exposición que se considera el evento más grande de investigación juvenil a nivel internacional.
Con su proyecto Cárica, Raúl presentó un producto desparasitante hecho a base de semillas de papaya y miel de agave, en cápsulas que podrían ser una opción para atacar los altos índices de parasitismo en el mundo, que en México ha padecido o padece dos tercios de la población.
Pero detrás de este triunfo en la Expo Ciencias Internacional, hay una larga historia de esfuerzo y entusiasmo, de investigación ardua y de acompañamiento por parte de su familia, profesores y compañeros que llevaron a Raúl a concretar su idea.
Raúl proviene de una familia mazatleca en la que una buena parte de sus miembros son profesores, su papá Alonso Salazar es maestro y su mamá Yirilú es psicóloga, sin embargo, de pequeño él quería ser ingeniero como su abuelo, que colaboró en la construcción del Centro de Convenciones de Mazatlán.
Desde el Jardín de niños y hasta la secundaria Raúl estudió en el Instituto Cervantes del Pacífico, donde siempre mostró aptitudes e interés por el estudio.
Al llegar el momento aplicó para la Preparatoria José Vasconcelos de la que tenía buenas referencias, sobre todo en el área de la salud.
Ahí, en segundo grado tomó la decisión de llevar el taller de Análisis Clínicos, en ese momento Raúl se debatía entre la Química y la Medicina como carrera profesional.
“Ahí me di cuenta que me gustaba mucho la medicina y que era bueno para la química, se me facilitaba mucho, yo soy técnico laboratorista, es la única especialidad de la Vasconcelos que te otorga un diploma de carrera técnica”, explica.
La trayectoria de un estudiante de que desafía límites
En tercer año de preparatoria Raúl se enteró de la Expo Ciencias estatal por la participación de otras compañeras de su escuela que lograron asistir al evento internacional en Túnez.
Al mismo tiempo, durante su clase de microbiología el tema de los parásitos despertó en Raúl interés y curiosidad.
“Nuestra ciudad está vinculada a un gran índice de parasitismo y también el país y el mundo. El 76% de la población mundial tiene o ha tenido uno o más parásitos y en el caso de los mexicanos dos de cada tres, dos tercios de la población”, explica interesado.
Con esta información Raúl decidió participar en la Expo Ciencias con un proyecto, pero muchas de sus ideas eran teorías, difíciles de aplicar en un producto.
Un buen día, al platicar con su abuela Graciela sobre lo que había aprendido en clase ella le explicó cómo trataban a la gente con parásitos en su pueblo y de ahí surgió la idea para Cárica.
“Mi abuela es de Nayarit y me dijo en mi pueblo se trataban los parásitos con semillas de papaya, así fue que empecé a investigar y pude desarrollar mi idea”, recuerda con gusto.
Para participar en la primera etapa de Expo Ciencias en su propia escuela Raúl y una compañera hicieron equipo y empezaron a trabajar en el proyecto.
Un proyecto transformador: desparasitante natural que busca mejorar la salud mundial
Desarrollaron un proceso químico en el laboratorio para extraer la sustancia activa de las semillas de papaya, que es la que mata a los parásitos haciendo que no puedan alimentarse del cuerpo humano y sean expulsados naturalmente.
Esta sustancia mezclada con miel de agave que tiene prebióticos encargados de alimentar a las bacterias buenas del intestino, importantes en la inmunidad y la nutrición del cuerpo humano. Así, el producto además de matar a los parásitos también previene enfermedades por bacterias.
“El producto es una cápsula de polvos que contiene la sustancia activa de la semilla de papaya, que se llama isotiocianato de bencilo y un grupo de sustancias que contiene la miel de agave que se llaman fructoligosacáridos que es una red de azúcares muy larga”, explica con entusiasmo.
En la escuela el proyecto de Raúl ganó una acreditación para la Expo Ciencias estatal de entre 20 proyectos presentados en su preparatoria.
En mayo de 2024 se llevó a cabo la etapa estatal con sede en Mazatlán, ahí ya con jueces calificando cada proyecto, Cárica ganó una acreditación para la Expo Ciencias nacional que se llevó a cabo en Villa Hermosa, Tabasco, en octubre de 2024.
“El evento fue en unos almacenas muy grandes y éramos 600 proyectos de todo México y países invitados como Chile, Canadá, Luxemburgo y España, ahí ya estaban divididos los proyectos por áreas, nosotros estábamos en medicina y salud. Las acreditaciones ahí eran a varios eventos, hubo cuatro ceremonias de premiación” platica Raúl.
Para la Expo Ciencias nacional los muchachos se prepararon con un guion muy completo para resolver cualquier pregunta que los jueces pudieran hacer durante la exposición y su esfuerzo dio frutos, Cárica ganó la acreditación para la Expo Ciencias Internacional.
“Muchos ganaron acreditaciones para la Expo Ciencias Continental, otros para ir a Europa, los eventos fueron en España, Reino Unido, Luxemburgo y Francia; otros proyectos ganaron para ir a África y Asia, en Sudáfrica, Zimbaue e Indonesia, estos bloques eran por continente; la última premiación fue para los Emiratos Árabes, en Abu Dabi, que es la Expo Ciencias más grande del mundo, ahí nos mencionaron como el único proyecto del área de la salud”, cuenta con orgullo.

Con la emoción de haber ganado una acreditación para un evento tan importante, Raúl regresó a Mazatlán para prepararse para representar a México con su proyecto.
Ya como estudiante de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Sinaloa en el puerto, el joven tuvo alrededor de un año para reforzar su proyecto y el conocimiento que fue adquiriendo en cada materia de su carrera universitaria le ayudó a lograrlo.
“Aquí he recibido el apoyo de los profesores con mucha información médica, lo que me abrió muchas puertas a preguntas sobre mi proyecto, sobre lo que pasa en el cuerpo. Con la información pude desarrollar una idea más profunda, estudiando las materias de medicina me daba cuenta de que podía aplicar esto a mi proyecto, me ponía a investigar cómo esto se vincula con Cárica”, asegura.
Raúl integró el conocimiento adquirido en temas como anatomía, fisiología y microbiología a su proyecto para ir bien preparado, representando a México, en la Expo Ciencias Internacional. Además, estudió la terminología médica en inglés, pues la exposición fue en ese idioma.
Así llegó el día de partir a los Emiratos Árabes. Durante el año de preparación, la familia de Raúl también tuvo trabajo, pues los gastos del viaje, la inscripción y los viáticos del participante y los acompañantes corren por cuenta propia. Raúl viajó acompañado por su mamá.
Llevando material de apoyo como lonas didácticas y un modelo molecular para reforzar sus explicaciones sobre Cárica, Raúl se sintió seguro al exponer ante personas de todo el mundo, a quienes les llamó la atención su dominio del tema y su facilidad explicativa.
“Había docentes de universidades de otros países con mucho conocimiento que me hacían preguntas muy específicas y sin problema les contestaba, a los niños les llamaba mucho la atención el modelo molecular y entendían más fácilmente lo que les explicaba”, señala.
Raúl describe la experiencia de asistir a la Expo Ciencias Internacional como algo mucho mejor de lo que había imaginado, en un centro de convenciones enorme rodeado de cientos de estudiantes de todo el mundo con los proyectos más destacados en diferentes áreas del conocimiento.
En este evento no hubo jueces, los organizadores se acercaron a escuchar cada proyecto, pues quienes llegan a esta etapa ya son los ganadores de cada país en su área respectiva.
El papel fundamental de su entorno en el camino hacia el éxito
A su regreso de Abu Dabi, Rául dice sentirse contento y agradecido con su familia, sus maestros de medicina y su asesora de proyecto Judith Rebeca González Muñoz.
El proyecto Cárica está en vías de patente y el joven está convencido de que es aplicable a nivel industrial para llevarlo al mercado.
Incluso se puede vincular con los objetivos de desarrollo sustentable de la ONU en las áreas de salud y bienestar, producción y consumo responsable, así como acción por el clima.
“Sería aprovechar un producto que generalmente se desecha para crear un medicamento, aparte la materia orgánica que se tira y se descompone contamina el ambiente con gases, Cárica también atiende un problema de salud mundial”, señala.
Raúl hoy es un destacado estudiante de medicina y piensa especializarse ya sea como cardiólogo o neurólogo. Sabe que con esfuerzo y dedicación será de los mejores, pues asegura que no hay ideas malas ni imposibles.
La travesía de Raúl Alonso Salazar Orozco es una inspiradora lección de perseverancia y creatividad. Su participación en la MILSET Expo Ciencias Internacional no solo refleja su dedicación, sino también el potencial de los jóvenes para abordar desafíos globales.
A través de su proyecto Cárica, Raúl nos muestra que la innovación puede surgir de nuestras raíces y que el conocimiento, cuando se comparte y se aplica con pasión, puede transformar vidas.
Al mirar hacia el futuro, queda claro que, con apoyo, esfuerzo y un compromiso genuino, los sueños de jóvenes como Raúl pueden convertirse en soluciones tangibles que beneficien a la humanidad.