Tere convirtió las “viejas” en su manera de salir adelante desde Culiacán
Conoce la historia de Tere, quien ha convertido su negocio de 'viejas' en un ejemplo de esfuerzo y tradición en Alturas del Sur.

En Alturas del Sur, una de las colonias al sur de Culiacán, hay historias que huelen a maíz dorado y saben a botana casera.
Una de ellas es la de Tere, como todos la conocen, quien a sus 48 años encontró en la venta de “viejas” —esas frituras de pasta que se inflan en el aceite caliente— una forma de sostener a su familia y darle rumbo a su vida.
“Yo trabajaba en el Mercado de Abastos, en un negocio de frituras. De ahí aprendí y dije: voy a poner lo mío”, recuerda y comparte para Tus Buenas Noticias.
Una oportunidad para emprender

No fue fácil dar el paso, pero un aguinaldo de su esposo fue suficiente para comprar la estufa especial que necesitaba. “Me costó como $7,500 en ese entonces, pero con eso empecé. No me dio miedo porque yo ya sabía cómo hacerlo”, explica con orgullo.
Desde hace 15 años, Tere se dedica de lleno a su negocio. Sus productos son variados:
- viejas de chimichanga,
- ruedas clásicas,
- surtidos individuales de figuritas y
- hasta totis empacados.
Los precios son accesibles y sus clientes saben que en cada bolsita hay calidad y tradición. “Me ayuda mi hija y a veces mi nuera. Antes tenía empleados, pero con la crisis tuve que descansar a la gente”, cuenta con seriedad. Y aunque reconoce que las ventas han bajado, nunca le falta lo indispensable: “De pérdida, para las tortillas sí sale”, reconoce. Madre de cuatro hijos —tres varones y una hija—, y orgullosa abuela de una niña de tres años, Teresa de Jesús López combina su negocio con la vida familiar. Su esposo trabaja como albañil y juntos han enfrentado las dificultades económicas que, como dice ella, “siempre están, pero no nos tumban”. Con un cazote lleno de aceite y un sedazo donde fríe las pastas, Tere transforma cada costal de fritura en un ingreso diario. A veces el aceite se calienta de más y las piezas salen más pequeñas, pero su experiencia le permite nivelar la temperatura y seguir trabajando. Más allá del dinero, este negocio le ha dado a Tere satisfacción personal. “Yo soy feliz con mi negocio”, asegura, sin dudarlo. Su puesto no solo es un medio de vida: también es un ejemplo de constancia para sus hijos y vecinos de Alturas del Sur. Historias como la suya muestran que los sueños no siempre necesitan de grandes capitales, sino de decisión, esfuerzo y amor por lo que se hace. Porque como bien dice Tere: “De pérdida, para las tortillas sale”… y con eso se construye mucho más que un sustento: se construye esperanza en estos tiempos donde es tan necesaria.Su dedicación la motiva a seguir
La satisfacción es personal