Logo

Peluquero de oficio, comisario por vocación: La historia de Leonardo Gutiérrez López en Mazatlán

Las carencias económicas no han sido un impedimento para que Leonardo ayude a su familia y a su comunidad

13 octubre, 2025
Leonardo Gutiérrez López es Comisario de Urías y peluquero con una experiencia de más de 20 años
Leonardo Gutiérrez López es Comisario de Urías y peluquero con una experiencia de más de 20 años

Nacido en una familia humilde de la colonia Urías, Leonardo Gutiérrez López es el sexto de diez hermanos que crecieron con el ejemplo de trabajo y esfuerzo de sus padres.

El papá de Leonardo, Martín, trabajaba como peón en el departamento de Aseo Urbano del Ayuntamiento de Mazatlán, recorriendo las calles de la ciudad en los camiones recolectores para levantar los desechos y llevarlos al “basurón”.

Landi, la mamá de Martín y sus nueve hermanos, era ama de casa, pero también criaba animales como gallinas, puercos y patos, se hacía cargo del hogar y resolvía siempre las situaciones que se presentaban cuando el dinero no alcanzaba.

Suscribirme Newsletter

“Mi papá y mi mamá nos dieron lo que ahora somos, nos enseñaron muchos valores, mucho respeto. Y pues mi mamá, cuando no teníamos que comer, no teníamos para las tortillas, nada de eso, mi mamá agarraba una gallina y nos hacía un caldo calientito”, recuerda Leonardo.


Su papá hacía todo lo posible por aportar el sustento para el hogar, incluso si era necesario, hacía pepena para llevar algo más para alimentar a su familia.

imagen recuadro

Leonardo recuerda con nostalgia su niñez, pues, aunque muchas veces sus compañeros de la escuela lo señalaban por no tener zapatos o mochila, era feliz con lo que sus padres le daban a él y a sus hermanos.

“De lo que mi papá a veces recolectaba o lo que la gente le daba, eso nos daban a mí y a mis hermanos, de eso vivíamos”, señala.


Desde muy pequeño Leonardo tuvo iniciativa para aprender y ayudarle a su mamá, a los 12 años entró a trabajar de paquetero en una tienda de autoservicio. Trabajaba por las mañanas y estudiaba por las tardes en la primaria.

La peluquería como refugio: un oficio nacido de la necesidad

Pero sus habilidades lo llevaron por otro camino, Leonardo platica que cuando no alcanzaba para cortarle el pelo a los diez hijos, ella misma lo hacía, con tijeras en mano los dejaba listos para que fueran a la escuela con el cabello recortado.

imagen recuadro

Ahí empezó a llamarle la atención el oficio de peluquero, entre la necesidad y el gusto de hacer algo para ayudar a la familia.

“Cuando andábamos todos greñudos ella sola nos agarraba con una tijera y un peine y a mí pues me daba miedo porque me dejaba todo trasquilado y a veces nos dejaba un copetito aquí en la frente y todo peloncito alrededor, y pues ahí empezó mi gusto de cortar el pelo, me nació, iba descubriendo el don, tal vez por necesidad”, platica Leonardo con una sonrisa.


Leonardo empezó practicando con sus hermanos para ayudar a su mamá, luego empezó a visitar a un peluquero amigo de la familia para ver cómo hacía su trabajo, pero pronto llegó una oportunidad para aprender más sobre el oficio que lo ha sacado adelante desde joven.

“Iba con Roberto Vizcarra y me sentaba a verlo a cómo cortar el pelo, me gustaba verlo como cortaba para mí es una de las personas que admiro como corta el pelo, aprendí visualmente ya venía con mis hermanos y ensayaba con ellos”, recuerda.


Tiempo después una amiga de su mamá lo invitó a inscribirse en un curso de cultura de belleza, que impartían trabajadoras sociales en una iglesia cristiana cerca de su casa, ahí Leonardo pudo perfeccionar su técnica.

“Ellas daban cursos en las comunidades marginadas, donde había más pobreza y aquí pues era un ranchito, pues esas señoras llegaron y dieron un curso de repostería, cultura de belleza, corte y confección de ropa y manualidades ahí en la iglesia, ahí tuve una maestra que me enseñó muchas cosas, era el único caballero entre todas las mujeres”, dice con orgullo.


Al terminar el curso Leonardo puso manos a la obra y sin necesidad de un local se instaló debajo de un árbol a ras de carretera para ofrecer su servicio de peluquería.

“Gracias a la maestra aprendí mucho del corte de pelo y ya puse mi primer changarrito allá abajo del árbol afuera y enfrente del cobertizo, a los cuatro vientos empecé a trabajar, empecé cobrando 10 pesos por el corte y así con los años me fui de 5 en 5 pesos hasta cobrar 50 y ahí me estacioné”.


Desde los 16 años Leonardo practica la peluquería, y aunque dice que vive sin saber del tiempo porque no quiere hacerse viejo, sí sabe que lleva más de 20 años cortando el cabello a la gente de Urías, ya no debajo del árbol, ahora en su peluquería “El Minuto” como le llamaba su papá de cariño.

imagen recuadro

Gracias a su oficio Leonardo ha salido adelante, con su trabajo y el de sus hermanos, que laboran para el Gobierno Municipal igual que su papá, la familia ha progresado, aunque aún hay carencias no falta el sustento para los más pequeños.

Los clientes de Leonardo son de todo Urías y algunos de las colonias y poblados cercanos, incluso tiene clientes que alguna vez se cortaron el cabello cuando iban de paso por Mazatlán y en cada viaje siguen llegando a la peluquería.

“La mayoría de mis clientes son aquí de Urías y gente de fuera que viene de Villa Unión y de varios ranchitos, hasta traileros que vienen y paran ahí en la carretera, preguntan dónde cortan el pelo y llegan aquí, luego vuelven cada que pasan por Mazatlán”, asegura.


Leonardo recuerda los tiempos en que su mamá no podía pagar por un corte de cabello para sus hijos y de buena gana ayuda a quienes viven esa misma situación en la actualidad.

“Todos los días hago una obra de caridad muy buena, viene gente hasta con cinco niños y me dicen si no traigo dinero después te pago y no hay problema, yo les digo: tú nunca me andes preguntando si no tienes después me lo traes, y se van a gusto”, dice emocionado.


imagen recuadro

El poder de ayudar: Leonardo y su compromiso con la comunidad

Pero su gusto por ayudar no queda ahí, la vida le ha presentado a Leonardo otras oportunidades para apoyar a su comunidad. Hace un año lo invitaron a trabajar en una campaña política y al ver su trato con la gente le ofrecieron ser Comisario Municipal, algo que asegura, nunca imaginó.

Aceptó sin ninguna expectativa, pues no pensaba que al ir a una elección ganaría, sin embargo, la gente de su comunidad lo apoyó votando por él y desde entonces es Comisario de Urías y gestiona los apoyos necesarios ante el Gobierno Municipal.

“La verdad yo nunca imaginé ser Comisario y tener esta responsabilidad, todo lo que he hecho y todo lo que he sido es gracias a Dios, él me lo pone en el camino y pone los medios, tengo mucho agradecimiento y tengo fe porque siempre nos saca adelante. Estoy muy agradecido con la gente de Urías porque me apoyaron, no sabía que me apreciaban tanto”, dice con la voz entrecortada.


Leonardo reconoce que después de experimentar una niñez complicada no tenía idea de que en su comunidad mucha gente lo conoce y lo quiere, lo que es un impulso para trabajar con ahínco para que Urías tenga mejores condiciones.

La historia de Leonardo Gutiérrez López es un poderoso recordatorio de que la perseverancia y el deseo de ayudar a los demás pueden transformar no solo la vida de una persona, sino también la de toda una comunidad.

imagen recuadro

Desde sus humildes comienzos, ha demostrado que las carencias económicas no son un obstáculo insuperable, sino una motivación para crecer y contribuir a quienes lo rodean.

Su compromiso con el bienestar de Urías es un ejemplo de cómo el liderazgo auténtico puede surgir de las raíces más profundas de la humildad y la dedicación.

Mientras Leonardo continúa su labor, queda claro que su historia no es solo la de un hombre, sino un llamado a la acción para todos nosotros: nunca subestimar el poder de un corazón generoso y una mano dispuesta a ayudar.


Enlaces patrocinados
×
Boletín Tus Buenas Noticias