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Judith García es una mujer que hizo de una piñata para su hijo un proyecto de vida en Culiacán

Hace 26 años, una madre con ingenio, papel y engrudo en mano, edificó un proyecto de vida en la Díaz Ordaz

28 mayo, 2025
El taller de piñatas de Judith García se encuentra en la colonia Díaz Ordaz, en la esquina de Constituyentes y Luis M. Rojas.
El taller de piñatas de Judith García se encuentra en la colonia Díaz Ordaz, en la esquina de Constituyentes y Luis M. Rojas.

Judith García Martínez, vecina de la colonia Díaz Ordaz y fundadora de “Piñatas Judith”, recuerda con claridad la primera figura que elaboró: era para el cumpleaños de su hijo Raúl, quien hoy tiene 29 años.

Aquel gesto familiar se transformó con el tiempo en una vocación, un oficio y un negocio que hasta el día de hoy no deja de dar frutos.

A 26 años de elaborar su primera piñata, Judith admite no haber imaginado que esto se convertiría en una forma de vida.
A 26 años de elaborar su primera piñata, Judith admite no haber imaginado que esto se convertiría en una forma de vida.

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“Empecé haciéndole la piñata a mi hijo… Luego la gente comenzó a preguntar, nos empezaron a encargar y para el siguiente año ya estábamos haciendo piñatas de personajes”, relata Judith desde su taller en la esquina de Constituyentes y Luis M. Rojas.



Con esmero, se ha ganado la fidelidad de sus clientes

Judith no solo se ha ganado el cariño de sus vecinos, sino también la fidelidad de clientes que cruzan la ciudad para encargarle piñatas personalizadas. Algunos incluso las llevan a otras localidades. 

En cada temporada —especialmente diciembre y el Día del Niño—, su pequeño local se convierte en un torbellino de colores, risas, engrudo y creatividad. Y aunque los tiempos han cambiado, la esencia se mantiene: hacer sonreír a niños y niñas con personajes que a veces ni ellos quieren romper.

Un oficio con retos, como todos

Su labor no ha estado exenta de desafíos. Durante la pandemia, las ventas bajaron drásticamente y, cuando ella misma enfermó, tuvo que cerrar temporalmente. “Sí, cerramos unos días. Pero después de recuperarme, volví a trabajar”.

La constancia de Judith ha sido una lección para su familia. Sus hijos Jonathan y María Isabel también se involucran, especialmente en épocas de alta demanda. De hecho, su hija menor ha sido su mano derecha desde que era pequeña.

En temporadas intensas, incluso contrata apoyo externo. “Hay veces que estoy sola, hay veces que me ayuda mi hija o una muchacha que trabaja conmigo”, explica.


Judith García es una mujer que hizo de una piñata para su hijo un proyecto de vida en Culiacán


Un oficio de mucha creatividad

Las piñatas que produce van desde las tradicionales de picos para las posadas hasta figuras complejas como dinosaurios o Transformers, que exigen mayor tiempo y precisión.

“Esas son las más difíciles, pero sí, las hacemos. Cada piñata tiene su proceso. Buscamos la imagen del personaje, le damos forma… si es un modelo nuevo, lo estudiamos bien”, dice con orgullo.



Judith abre su taller todos los días, de lunes a sábado, desde las 10 de la mañana hasta las 7:30 de la tarde, y los domingos cierra a las 4 o 5.

No hay fecha en la que no tenga algo que hacer. Incluso en Semana Santa abre varios días, porque el trabajo, dice, nunca falta.

Desde una esquina modesta en Díaz Ordaz, Judith ha demostrado que cuando hay manos dispuestas a crear, ninguna crisis detiene la esperanza. Porque en cada piñata que entrega, hay mucho más que papel y cartón: hay historia, amor, oficio... y futuro.




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