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En la casa hogar El Buen Samaritano, se hace mucho con poco

José García lucha día a día por ser una mejor persona porque anhela volver a reencontrarse con sus hijos y mamá. Es huésped de la casa hogar

17 octubre, 2022
.  Algunos de los huéspedes realizan oraciones en la casa hogar. Fotos Juan Madrigal
. Algunos de los huéspedes realizan oraciones en la casa hogar. Fotos Juan Madrigal

Culiacán, Sinaloa.- Después de ser deportado y vivir un buen tiempo en la calle, desde hace más de seis meses, José García Martínez, encontró hogar en Culiacán refugiándose en El Buen Samaritano, donde asegura tiene una “mano amiga, difícil de encontrar”. Ahí con sus compañeros se siente seguro y encontró mejores motivos para ser mejor ser humano. Su mayor anhelo es volver a reencontrarse con sus hijos y su mamá.

El señor de 55 años argumenta que en la capital sinaloense existe mucha gente de “bonito corazón”, razón principal por la que decidió quedarse en Culiacán y luchar todos los días para convertirse en el José de antes, hombre trabajador con metas en la vida.

 “Acepto que en mi pasado cometí errores, pero nunca es tarde para reivindicarme y hacer las cosas derechas y bien. Le estoy echando muchas ganas porque lo que más deseo en esta vida es volver a ver a mis hijos que viven en Estados en Unidos y a mi madrecita en Zacatecas”, expresa con añoranza recordando a Fresnillo, Zacatecas, de donde es originario.

Actualmente, José se gana la vida lavando carros, y en ocasiones acude a una panadería, donde recibe pago con panes, que los comparte con mucho amor con sus compañeros de la casa hogar.

También argumenta que sabe oficios de pintura y hasta de plomería, que no le “saca” al trabajo y que está muy agradecido con Dios por haber encontrado paz en el albergue, que se ubica en los límites de la colonia Pípila y Villas del Real.

Hoy en día la casa hogar El Buen Samaritano, alberga a más de 40 personas, en su mayoría adultos mayores; algunos comentan que ahí pasaran en restos de sus vidas, ya que no cuentan con un lugar donde vivir, y aceptan alojarse en algunas habitaciones compartidas, aunque sean edificadas de material de recicle. Dice estar a gusto ahí porque afuera teme ser agredido, porque se carece de sensibilidad social y política para abordar la problemática de las personas en situación de calle.

Jorge Castillo, director operativo, señala que El Buen Samaritano “sigue de pie” gracias a personas de gran corazón, de quienes reciben donaciones de comida, medicinas, ropa, productos de higiene y limpieza, entre otros artículos que se requieren en el lugar.

“Hacemos mucho con poco. La gente de buen corazón jamás nos ha quedado mal. En el momento que este barco se ha estado hundiendo, de inmediato llega la fuerza de la sociedad de Culiacán, a quienes estamos eternamente agradecidos porque son ellos quienes nos han apoyado siempre”.

 Jorge, quien se encarga de conseguir todo lo que se necesite para sostener el albergue. Esa gestión la trabaja más a través de las redes sociales, prensa y con instituciones de asistencia social. “y gracias a su ayuda ya tenemos 20 años brindando hospedaje, comida y hasta vestimenta a personas que viven en situación de calle”, expresa con satisfacción.

“Las puertas están abiertas las 24/7, para todas las personas que necesitan un techo y un plato de comida. Trabajamos por amor con la ayuda de muchas manos, caminamos confiando en Dios que día a día tendremos lo necesario para sobrevivir de paso por este mundo. Lo que más se escasea para la alimentación es la fruta, verdura y carne”, expresó. Jorge es un hombre de corazón gigante que vela por el bienestar de las personas que habitan en el humilde espacio.

Afirma que trabajan día a día para ofrecer una mejor calidad de vida a los abuelitos. Tras el incendio ocurrido el pasado mes de abril, donde se quemaron varios cuartos de madera, más personas se sumaron para apoyar al Buen Samaritano. Y hasta el gobernador se comprometió en la construcción de cuartos de material para que las huéspedes contaran con un lugar más digno.

Interesados en apoyar a la casa hogar pueden hacerlo personalmente en sus instalaciones, localizadas en la calle Principal y Reina Isabel número 2469, en los límites de la colonia Pípila y fraccionamiento Villa del Real.


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