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Conoce la historia detrás de la canción "El Niño Perdido"

En los orígenes de la música de banda, hay canciones que forman parte de los clásicos de la cultura sinaloense. Entre ellos está "El Niño Perdido"; descubre la historia que derivó a que se compusiera esta melodía.

17 febrero, 2023
Conoce la historia detrás de la canción El Niño Perdido

Dentro de la cultura mexicana, hay historias y leyendas que la mayoría desconoce, pero que han dado origen no solamente a nombre de objetos, vestimentas y alimentos, sino también han servido como inspiración para crear canciones.

Sinaloa, en particular, es reconocido a nivel mundial por la música de banda. Sin embargo, en los orígenes de este estilo de música, hay piezas que forman parte de los clásicos de la cultura sinaloense.

Entre estos se encuentran: "El sinaloense", "El sauce y la palma", "El niño perdido", entre muchas más. Se puede pensar que esta última canción fue titulada así, solo para nombrarla, pero la realidad es que oculta una historia que derivó a la creación de esta melodía, que aunque algunos ya la conocen, probablemente no estén enterados de su origen.

Historia del Niño Perdido

Se cuenta que en el pueblo de Agua Caliente de Gárate, perteneciente al municipio de Concordia, siempre que iba a haber fiesta, principalmente en bodas, tenían que mandar a traer la banda desde la cabecera municipal de Concordia, por lo cual la gente y la banda se iban por el camino real a Mesillas.

Ya fuera en carreta o en camioneta, la banda subía por el camino para llegar a la ciudad y en un punto del trayecto, conocido como La Loma de los Novios, era tradición que la banda se fuera tocando para anunciar su entrada en la ciudad. 

En una ocasión, uno de los músicos, iba con su hijo pequeño. El niño que acompañaba a su padre, era muy inquieto, por lo que, estando su padre ocupado tocando en la celebración, empezó a jugar con los niños del pueblo y a correr por todos lados.

Cuando su padre tomó un descanso para buscarlo, se dio cuenta de que el pequeño había desaparecido. La preocupación se extendió por todo el pueblo. Se dice que incluso se tuvo que interrumpir la boda.

Buscaron por todas partes, mientras que algunos decían haberlo visto comiendo en casa de Chuy del Cande, una persona popular en el pueblo, otros decían haberlo visto jugar en las ramas de la casa de otro vecino.

El padre se invadió de preocupación, pues ya había oscurecido, y lo único que pensaba es que probablemente el niño se hubiera perdido por el camino de regreso al pueblo, debido a que ya habían buscado en cada rincón. 

Cansado, el padre no sabía qué hacer, sin embargo, se dice que a Chuy del Cande se le ocurrió la idea de que toda la banda subiera a lo alto de una loma y tocara sin parar para que el niño pudiera seguir el sonido de la música y encontrar el camino de vuelta con su papá.

Haciendo caso del consejo y sin más opciones, los músicos comenzaron a tocar, con sonido triste por la angustia de no encontrar al pequeño.

Cuando menos lo esperaron, y después de un buen rato tocando sin descanso, el niño apareció llorando y muy lastimado por las ramas que se atravesaron en el camino, el cual había tomado por error. Se dice que después de eso, la alegría fue tal que los músicos siguieron tocando.

El origen de la canción

Fue a raíz de esta particular historia, que el creador de la canción, quien se dice fue Wenceslao Moreno, originario de Concordia, compuso la icónica pieza que hasta el día de hoy se sigue entonando y que ya forma parte de la cultura y tradición sinaloense, donde se suele esconder un músico hasta que encuentra su camino de vuelta con la banda, justo como el pequeño de aquella historia.

Normalmente, en la canción se dice que el sonido de la trompeta representa el llanto del niño, que suena triste y quiere volver con su padre, mientras que la otra le responde, simbolizando al padre preocupado.

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