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Doña Magui representa más de seis décadas de esfuerzo emprendedor en La Conquista, Culiacán

Con más de 60 años ligada al comercio, doña Magui ha construido un emprendimiento familiar basado en constancia, trato cercano y esfuerzo diario en Culiacán.

17 diciembre, 2025
Doña Magui siempre busca complacer a sus clientes y está en la mejor disposición para encontrar lo que necesitan.
Doña Magui siempre busca complacer a sus clientes y está en la mejor disposición para encontrar lo que necesitan.

Desde que tiene memoria, Margarita, mejor conocida como doña Magui, ha vivido entre ventas, trato con la gente y jornadas largas que comienzan temprano y terminan cuando el día ya va de salida.

A sus 62 años, su historia no es la de alguien que comenzó a emprender por una urgencia reciente, sino la de una mujer que aprendió desde niña que el trabajo constante era la forma más honesta de salir adelante.

Creció acompañando a sus padres en distintos negocios familiares, en un entorno donde el comercio era parte de la vida cotidiana. Lo mismo se vendían tacos que zapatos o artículos para el hogar.

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“Yo crecí vendiendo, eso fue lo que vi desde niña. En mi casa siempre se trabajó”, comparte. Aquellos años no solo le enseñaron a ofrecer productos, sino a entender a la gente y a valorar el esfuerzo diario.

Fue mamá a los 16 años y formó una familia de cinco hijas. Hoy, además de madre y abuela, doña Magui también es bisabuela, una etapa que vive con orgullo y gratitud. Durante muchos años, su esposo trabajó como chofer y después como trailero.

Al inicio no veía con buenos ojos que ella se dedicara al comercio, pero el tiempo y los resultados hablaron por sí solos. “Cuando se dio cuenta de que esto era lo mío, ya no me pudo detener. Ahora me apoya en todo”, dice con tranquilidad.

Hace 29 años decidió vender por su cuenta. Comenzó en escuelas, ofreciendo juguetes, dulces, frutas y papitas, siempre con su hija menor a su lado.

“La sentaba conmigo y ahí fue aprendiendo también, igual que yo aprendí de mis papás”, recuerda.


Desde entonces, su vida se organiza alrededor del calendario comercial. “Yo voy con las temporadas: el 15 de septiembre, Halloween, Navidad, regreso a clases. Es saber qué necesita la gente en cada momento”.

Actualmente, doña Magui se instala sobre la calle de La Tuna, cerca del bulevar Mario López Valdez, en la zona de Pradera Dorada, donde vecinos y clientes ya la identifican por su trato cercano y su constancia.

Entre sus productos ofrece pijamas navideñas accesibles y artículos de temporada, así como piñatas y papel regalo con precios pensados para distintos bolsillos.

“Yo siempre busco que la gente se vaya contenta, que le alcance y que regrese”, comenta.


Su emprendimiento se ha convertido en un proyecto familiar. Su nieta participa en la elaboración de tazas y artículos sublimados, mientras sus hijas han impulsado distintos negocios.

“Aquí todos traen la vena de trabajar, eso se aprende viéndolo en casa”, dice entre risas.


Para doña Magui, vender va más allá de ofrecer un producto. “Lo más bonito es el trato con la gente. De ahí salen amistades, consejos y aprendizajes”, expresa. Aunque no estudió más allá de la secundaria, asegura que el comercio le dio una educación basada en la experiencia.

Su mayor logro

Su familia es su mayor logro y orgullo. “Mi orgullo más grande es seguir con el hombre con el que me casé y ver a mis hijas realizadas”, afirma. Vivir la etapa de bisabuela es, para ella, una bendición que valora profundamente.

A sus más de seis décadas de vida, doña Magui sigue teniendo sueños. Uno de ellos es adquirir un terreno para rescatar animales y también abrir una zapatería grande con precios accesibles. “Yo siempre pienso que todavía hay algo más por hacer”, asegura.

Su mensaje para quienes desean emprender nace desde la experiencia y la constancia: “Sí se puede, aunque empieces con poquito. Vendes, vuelves a invertir y sigues. Poco a poquito, pero sin rendirse”.

La historia de doña Magui es la de una mujer que convirtió el trabajo diario en herencia familiar, que nunca se detuvo y que demuestra que el esfuerzo honesto y cercano siempre rinde frutos. En el sector La Conquista, sus ventas son su soporte y el trato con los clientes, su alegría.


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