Jazmín Mapula, la mujer que convirtió las festividades en una forma de salir adelante
Desde un aro decorativo y muchos sueños, Jazmín Mapula levantó un emprendimiento familiar que hoy da trabajo, esperanza y color a decenas de celebraciones.

Jazmín se presenta sin poses. “Mi nombre es Jazmín Mapula Ramírez, tengo 35 años, soy casada y mamá de tres hijos”.
Así, simple y directo, como ha sido su camino. Detrás de esa presentación hay una mujer que decidió no quedarse quieta, que un día miró su casa, su rutina, y se dijo que quería algo más.
Es educadora de formación, maestra por vocación, pero la vida la fue llevando hacia otro salón: el de los colores, las luces y las celebraciones.
“Desde que era maestra me empezó a gustar mucho la mezcla de colores, dibujar, crear”, recuerda y comparte para Tus Buenas Noticias.
Sin darse cuenta, esa pasión que nacía entre cartulinas y crayones se estaba convirtiendo en un proyecto de vida.
La historia de Jazmín y su pasión por la decoración

Hace cinco años, ya casada y con hijos pequeños, llegó la conversación que lo cambió todo.
“Le dije a mi esposo: ya estoy cansada de estar en casa, me gustaría hacer algo”. No hubo grandes inversiones ni planes perfectos. Hubo un primer paso. “Empecé con un aro. Compré un aro de decoración, lo decoré para el cumpleaños de un tío… y de ahí se me empezó a dar”.
Así nació Eventos Arcoíris, un emprendimiento que comenzó pequeño y fue creciendo con esfuerzo, cursos en línea, aprendizaje constante y muchas horas sin dormir. “Empezamos a tomar cursos, sobre todo en pandemia, aprendimos bastante”. No estuvo sola: una de sus hermanas caminó con ella desde el inicio.
Hoy, Jazmín decora eventos, renta cristalería, mobiliario, mamparas, mesas temáticas y todo lo que una celebración necesita. “Todo lo que tenga que ver con decoración, lo hacemos”, dice con orgullo. El equipo creció poco a poco, igual que la confianza. “Los clientes nos recomiendan y así va creciendo el negocio”.
Su esposo, Jorge Martínez, también es parte fundamental. “Él me ayuda mucho”. Hace bocetos, crea ideas, construye letras luminosas y diseños a la medida. “Lo que la gente pide, lo vamos haciendo”.
Cómo nació Eventos Arcoíris y su impacto en la comunidad

Pero si hay una época que mueve todo en Jazmín, esa es la Navidad. “Las decoraciones navideñas son lo que más me gusta… amo esta época”. Y no es casualidad.
La Navidad la conecta con su historia más profunda: su mamá, Caritina Ramírez. “A mi mamá le gustaba mucho la Navidad, era su época favorita. No había un año que no pusiera pino”.
Caritina partió hace 15 años, un 19 de diciembre. Desde entonces, esa fecha duele distinto. “Es muy difícil vivir sin mi mamá, sobre todo en estas épocas”. Cada año, Jazmín visita su descanso en el rancho El Tecomate, en Navolato. No es solo una visita, es un reencuentro.
Guarda un recuerdo como tesoro: un changuito de peluche que su mamá le regaló cuando era niña. “Tengo 30 años con él, no está roto, lo guardo como no tienes idea”. Para ella, ese peluche es abrazo, memoria y presencia. Quizá por eso sus decoraciones navideñas tienen algo especial: llevan amor heredado.
Esa misma magia intenta sembrarla en sus hijos, Emiliano, Jorge y Javier, de 11, 9 y 7 años. “La Navidad es lo más bonito, hay que disfrutarla”, les dice. En casa hay árbol, luces y todavía un poco de Santa, confiesa entre risas.
Jazmín es madre presente, aunque a veces se cuestione. “Siento que no los disfruté tanto, su infancia se me está yendo muy rápido”. Aun así, los resultados hablan: sus hijos participan en olimpiadas de matemáticas, avanzan, se esfuerzan. “Se siente un orgullo”.
Hoy, su negocio también es escuela. Su hijo mayor ya ayuda con el mobiliario. “Quiere trabajar, le pago, y le digo: vas a empezar conmigo”. Eventos Arcoíris se ha vuelto un proyecto familiar.
No todo ha sido fácil. Hubo meses sin trabajo, temporadas duras. “Noviembre estuvo flojo, pero ahorita tenemos sábados y domingos llenos, y entre semana también. La renta de cristalería casi todos los días”. Para Jazmín, eso no es suerte, es bendición y constancia.
Cuando habla del futuro, piensa en otras mujeres. “Quisiera crecer el negocio y generar más empleos, ayudar a más mamás”. Porque ella sabe lo que significa querer salir adelante por tus propios medios.
Jazmín no presume lujo, presume esfuerzo. No habla de éxito inmediato, habla de procesos. Y su historia deja una enseñanza clara: cuando el amor, la disciplina y la necesidad se juntan, se crean caminos nuevos.
Porque, como ella misma lo vive, el trabajo honesto siempre encuentra la forma de florecer, incluso después de las pérdidas.




















