Keila Zazueta Carrillo impulsa la venta de miel en Navolato
Esta joven emprendedora encontró en la naturaleza su fuente de sustento.

Keila Zazueta Carrillo tiene apenas 26 años y ya forma parte de una familia emprendedora que ha aprendido a producir con sus propias manos lo que la tierra y las abejas les regalan.
“Vendo miel, noni, propóleo, y polen…” explica con orgullo mientras acomoda los frascos que cuidadosamente envasa. Su negocio se llama Lozacar, un nombre curioso que, como ella misma cuenta, “viene de nuestros apellidos: Zazueta Carrillo”.
La historia de Keila y su familia en el negocio de la miel

Todo comenzó con su papá. “Mi familia se ha dedicado a cultivar y procesar el noni, orgánico”, relata Keila.
Con el paso del tiempo, fueron sumando productos naturales, hasta que su padre decidió comprar cubetas de miel. “Ya después nos dio por emprender eso”, dice con sencillez, recordando cómo ese impulso familiar los llevó a crear su propio micronegocio.
En Lozacar trabajan todos: sus papás, su hermano y ella. “Es un negocio familiar”, asegura. A Keila le toca la parte de distribuir y vender, una labor que realiza con responsabilidad y entusiasmo. “La vendo por litro, medio o cuarto, depende lo que quiera la gente”, explica para Tus Buenas Noticias.
Cómo comenzó el emprendimiento de miel en Navolato

Sus productos se pueden encontrar en la página de Facebook Concentrados Noni Lozacar, donde poco a poco ha ido ganando clientes que valoran la calidad y el toque artesanal de lo que ofrecen.
Desde su casa en la colonia Los Albañiles, en Navolato, esta joven demuestra que el emprendimiento no depende de grandes recursos, sino de la determinación para empezar con lo que se tiene.
“Es como un micronegocio, pero lo hacemos con cariño” dice, con la mirada puesta en el futuro, soñando con seguir creciendo junto a su familia y que más personas conozcan el sabor puro de su miel.
El impacto de Lozacar en Navolato
Porque, al final, historias como la de Keila nos recuerdan que el trabajo en familia y el amor por lo natural son la mejor receta para endulzar la vida. Con su emprendimiento, Keila está segura que donde hay unión, hasta la miel sabe mejor.



















