Tania Itzel y su marca 'De Tal' conquistan Navolato con arte
Descubre cómo Tania Itzel ha convertido "De Tal" en un referente en Navolato, ofreciendo ropa artesanal, joyería y decoraciones únicas hechas con amor. Este emprendimiento es un reflejo de las mujeres emprendedoras del municipio que con esfuerzo salen cada día adelante.

En el Centro de Navolato, entre calles tranquilas y rostros conocidos, una joven arquitecta decidió darle forma a un sueño.
Su nombre es Tania Itzel Almaral Beltrán, tiene 29 años y desde 2023 es la creadora de “De Tal”, un emprendimiento que ha logrado conquistar a los navolatenses con ropa artesanal, joyería y piezas de macramé hechas con dedicación y amor al detalle.
Un emprendimiento con mucha intuición

La historia de “De Tal” comenzó sin grandes planes, pero con mucha intuición.
“Mi hermana vivió en Oaxaca un tiempo, entonces ella trajo ropa de allá para vender, ya que la ropa es muy bonita y ese trabajo casi no lo hacen aquí”, cuenta Tania para Tus Buenas Noticias.
Lo que empezó como una venta en la cochera familiar se transformó pronto en una oportunidad. “Ella consiguió trabajo, entonces yo decidí seguir con el negocio. Empecé a hacer pedidos, y poco a poco fui trayendo más cosas”.
Con el apoyo de sus padres, Marcia Beltrán y Carlos Almaral, y su hermana Denia, Tania acondicionó un pequeño local en la colonia Centro.
“Se desocupó el local enseguida de la casa y ya empecé yo a acondicionarlo para llevarme el negocio ahí, y así fue creciendo”, recuerda. Ese fue el paso que consolidó su emprendimiento y le permitió dar rienda suelta a su creatividad.
Qué encontrar en "De Tal"

En “De Tal” no solo se vende ropa artesanal traída de Oaxaca. También se respira arte. Tania ha incorporado accesorios, joyería, bolsitas de regalo, maquillaje y decoraciones de macramé que ella misma elabora junto a su hermana.
“Aprendí con cursos que compramos en internet, también tomando talleres con otras personas y buscando cosas en YouTube. Me gusta hacer proyectos de uno mismo”, comenta con una sonrisa.
Aunque estudió Arquitectura, Tania decidió seguir su propio camino. “Trabajé un tiempo de eso en Culiacán y actualmente hago proyectos por mi cuenta, pero quería trabajar por mí misma y me gusta lo que es arreglar espacios”, explica.
Esa pasión por el diseño y la estética se refleja en cada prenda y cada pieza de su tienda: colores naturales, texturas suaves y una conexión constante con la naturaleza.
Cada detalle es importante

“Me gusta mucho estar en armonía con la naturaleza y que los espacios representen lo que es cada uno. Tiene que ver con lo demás que vendo, ropa artesanal, ropa hecha de algodón… es como vestir una pieza de arte”, dice.
Para ella, cada detalle cuenta, desde el acomodo de los productos hasta el trato con sus clientas, muchas de las cuales se han vuelto amigas y seguidoras fieles de su trabajo.
Tania sueña con seguir creciendo y que su negocio se convierta en un punto de encuentro para quienes valoran lo hecho a mano.
“Espero hacer más de lo que me gusta, que es la decoración con macramé. Lo que yo quiero es que lo que hago ayude a las personas a sentirse mejor”, afirma con convicción.
Su historia demuestra que los sueños pueden nacer en una cochera y florecer con esfuerzo, familia y pasión.
Al trabajar con amor, Tania convierte cualquier hilo en arte.



















