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Rossy es la señora de las plantas que siembra vida y paz en el tianguis de Navolato

Con las uñas llenas de tierra y el corazón feliz, comparte su amor por la naturaleza con quienes se acercan en busca de una plantita.

3 septiembre, 2025
Rossy es una mujer apasionada por la naturaleza que comparte su amor a través de su negocio en el tianguis de la textilera en Navolato.
Rossy es una mujer apasionada por la naturaleza que comparte su amor a través de su negocio en el tianguis de la textilera en Navolato.

A medio día, cuando el sol no da tregua y el calor hace que todo se ralentice, una mujer de manos terrosas y sonrisa fácil sigue atendiendo con gusto.

Entre rosales, ruda, celosías y árboles frutales, Rossy se convierte en un remanso de sombra verde para quien pasa por el tianguis de la textilera en Navolato.

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"Yo produzco y vendo", dice con orgullo, de 52 años. Es originaria de La Cofradía de la Loma, Navolato, y se ha ganado el cariño de muchos por su trato cálido y su pasión por las plantas.

"La mayoría de las plantas, las produzco yo en mi casa. Algunas sí las compro injertadas, como los árboles frutales, pero casi todo es hecho por mí", dice con honra para Tus Buenas Noticias.


El gusto por las plantas llegó como un regalo

Con mucha pasión Rossy cuida de sus plantas todos los días en su casa.
Con mucha pasión Rossy cuida de sus plantas todos los días en su casa.

Rossy nunca pensó que terminaría dedicándose a esto. "Hace como unos diez años empezó el gusto por las plantas. Siempre me gustaron, pero no tanto. Un día una plantita empezó a tirar semillitas, las sembré, crecieron y luego ya tenía como cien. Me dije: ¿qué hago con tanta mata?".

Así nació su proyecto de vida. Aquella primera plantita fue como una señal. Después vino la "ruda", los "chismes" y con los injertos, la producción siguió creciendo.

"Los pongo y se me prenden. Yo no lo hacía con la intención de vender, pero ya no sabía qué hacer con tanta planta. Luego me encontré a una amiga aquí en el tianguis que también vendía, y me invitó a ponerme. Yo no quería porque le dije: 'te voy a hacer competencia', pero ella me insistió. Me dio un espacio y aquí empecé. Ya después ella no pudo venir por cuestiones de salud, y yo me quedé. Ahora soy la señora de las plantas en el tianguis", dice entre risas.


El negocio completo de jardinería

Rossy atiende a sus clientes en el tianguis de la textilera todos los domingos.
Rossy atiende a sus clientes en el tianguis de la textilera todos los domingos.

Rossy no solo vende plantas. También vende abono y brotes para quien quiera comenzar su propio jardín.

"Tengo clientes de La Palma, del Potrero, del Vergel, Villamoros, de todas las colonias de Navolato", asegura mientras acomoda las macetas con delicadeza.


"Y sí, también vendo en mi casa, pero allá no es negocio. Solo llegan quienes quieren ver más variedad", reconoce.

Su trabajo no es fácil. "Esto requiere tiempo, dedicación, amor, cuidados. No es solo echarle agua. Hay que ver si tiene plagas, si ocupa más sol, si hay que deshijarla... cada planta es como un hijito", explica mientras señala unas suculentas que apenas brotan.

Una labor que se disfruta diariamente

Cuidar de las plantas con amor, es el secreto que Rossy tiene para que sus plantas crezcan sanas.
Cuidar de las plantas con amor, es el secreto que Rossy tiene para que sus plantas crezcan sanas.

A Rossy nadie la ayuda con sus plantas. Es un trabajo que disfruta plenamente. "Nadie me ayuda. Esto lo hago yo sola. A veces mis hijos me ayudan a regar, pero los cuidados más profundos, esos los hago yo", responde con una mezcla de orgullo y ternura.

Tiene tres hijos, pero este proyecto es completamente suyo. Rossy se muestra satisfecha con lo que ha sembrado en su vida.

"Estoy feliz. Me encanta lo que hago. Mire mis uñas, siempre están llenas de tierra. Pero es mi negocio, mi pasión. Disfruto muchísimo. Esto me transmite paz, felicidad. Y me encanta que la gente vaya a mi casa y se tome fotos con mis plantas. Es muy bonito que les guste tanto", menciona.


Cada domingo, desde las ocho de la mañana hasta la una de la tarde, Rossy está ahí. Bajo el sol, rodeada de naturaleza, ofreciendo más que plantas: ofrece alegría, tranquilidad y un ejemplo de cómo se puede crecer con lo que uno ama.

"Ver una flor, dígame si no le da felicidad. Esa coloración, esa belleza. Las plantas transmiten mucha paz. Por lo menos a mí me la dan. Y me gusta compartir eso con los demás".


Rosa Aurelia, la señora de las plantas, no solo siembra matitas: siembra vida, conexiones, y pequeños momentos de calma para quien se detiene a mirar. Cuando se hace con amor, todo florece. Hasta la vida.

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