Jubilado se reinventa: ex policía abre negocio de limpieza en Los Ángeles
Tras 25 años en la Policía Municipal de Culiacán, Javier Hernández inicia un negocio de limpieza en Los Ángeles, transformando su jubilación en una nueva oportunidad


Después de 25 años de servicio en la Policía Municipal, Javier Hernández tomó una decisión que cambiaría el rumbo de su jubilación: emprender.
Desde hace un año, este agente de seguridad retirado opera un pequeño negocio de productos de limpieza en el fraccionamiento Los Ángeles, con la meta de sumar un ingreso extra y mantenerse activo.
Ubicado sobre el bulevar California, entre las calles La Misión y El Monte, su local ofrece desde detergentes como Ariel y Fabuloso hasta aromatizantes, ganchos para ropa, accesorios para celular e incluso bocinas Bluetooth. Aunque el espacio es modesto, el esfuerzo que hay detrás es enorme.

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“La verdad, nunca había vendido nada. Mi vida entera fue el servicio público. Pero cuando me ofrecieron traspasar este negocio, no lo dudé”, cuenta don Javier.
Emprender, el impulso que necesitaba
El impulso llegó en el momento justo: llevaba varios meses jubilado y sintió que era tiempo de volver a activarse. “Uno necesita algo que lo mantenga en movimiento, no solo por el ingreso, también por la salud mental.”
Aunque los primeros meses fueron prometedores, el panorama se complicó con la situación de seguridad que ha afectado a la zona. “Ha habido días en los que no vendo ni un solo producto. Pero como me dice mi esposa: ‘Ya estamos aquí, hay que seguirle’”, relata con serenidad en entrevista con Tus Buenas Noticias.
El respaldo de su familia ha sido clave: su esposa, su hija América y hasta su nieta lo acompañan en esta aventura, cubriendo turnos y ayudando en lo que se necesite, añade.

Toda una vida en el fraccionamiento Los Ángeles
Residente de Los Ángeles desde hace 26 años, Javier ha sido testigo del desarrollo de la zona. “Cuando me entregaron la casa era de las últimas. Hoy ya hay supermercados, más calles, más movimiento.
Y también más competencia, claro.” Aun así, mantiene precios accesibles y un trato cercano con los vecinos, lo que le ha permitido conservar una clientela constante.
Su mensaje para quienes dudan en emprender es claro: “Si lo están pensando, háganlo. Yo también me tardé un año en animarme. Y la verdad, no fue un error, fue un acierto”, dice convencido.
Javier atiende su tienda de lunes a sábado de 9:00 a 18:00 horas, y algunos domingos por la mañana.
Para él, emprender ha sido más que una fuente de ingreso: ha sido una forma de reinventarse sin dejar de servir a su comunidad.