Un maestro que inspira: la historia de Daniel González y su impacto en generaciones del Tec
Con casi tres décadas de trayectoria, el profesor Daniel González ha acompañado a sus estudiantes más allá del salón de clases, sembrando valores, ética y visión de futuro.

En cada generación de estudiantes hay profesores que no solo enseñan una materia, sino que dejan una huella profunda. Profesores que inspiran, que retan, que escuchan, que acompañan. Uno de ellos es el profesor Daniel González Olivares, quien desde hace más de 28 años dedica su vida a compartir conocimientos, pero también valores y propósitos.
Contador público de formación y actualmente docente de tiempo completo en la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla, el profesor Daniel tiene claro que su vocación va más allá de impartir clases.

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“Me di cuenta de que quería ser profesor mientras todavía estudiaba mi carrera. Comencé dando clases de inglés, y con el tiempo supe que quería dedicarme a formar personas, no solo profesionistas”, recuerda.
Su paso por el sector automotriz
Su experiencia no se limita al ámbito académico. Antes de convertirse en profesor de tiempo completo, trabajó en importantes empresas del sector automotriz e industrial, como Volkswagen y Eisemann, donde fortaleció su formación en áreas como contabilidad financiera, costos y procesos administrativos.
Estas vivencias no solo enriquecieron su perspectiva, sino que nutren su enseñanza, al integrar ejemplos reales y casos prácticos que acercan a sus estudiantes al mundo laboral.
Desde entonces, ha impartido clases en diversos niveles educativos, desde preparatoria hasta posgrado, en áreas como contabilidad, finanzas, administración e idiomas. Más allá de su dominio técnico, lo que realmente distingue su estilo es la capacidad de traducir conceptos complejos en herramientas aplicables a la vida diaria.
“La contabilidad es el lenguaje de los negocios, pero también de nuestra vida cotidiana”, explica, convencido de que incluso un desayuno o el pago de la luz tienen una dimensión financiera que sus alumnos deben comprender.
Daniel y su metodología única para enseñar
Pero no se trata solo de explicar números. Daniel conecta con sus estudiantes a través de recursos cercanos a ellos: desde el uso de redes sociales, memes, referencias culturales contemporáneas y una metodología centrada en abrirles la mente y fortalecer su confianza.
“Yo simplemente soy un guía; ellos también pueden enseñarme a mí”, afirma con humildad.
Esa cercanía le ha permitido impactar profundamente a cientos de estudiantes, muchos de los cuales hoy son colegas, amigos y profesionales exitosos. “Están dentro de mi vida”, dice con emoción, reconociendo que su papel como formador trasciende el aula.

Promotor de la planeación financiera
El profesor González también se ha enfocado en fomentar la planeación financiera desde etapas tempranas de la vida. En sus talleres, lanza preguntas que retan: “¿A qué edad te quieres retirar? ¿Con cuánto? ¿Qué vas a hacer para lograrlo?”, invitando a jóvenes a proyectar su futuro con responsabilidad.
Ser considerado un maestro que hace la diferencia no es un título cualquiera para él. “Significa muchísimo, porque te das cuenta de que todo lo que haces sirve para algo. El esfuerzo diario tiene un propósito cuando ves que tus estudiantes aplican lo aprendido en su vida profesional”, comparte con orgullo.
La ética es vital en el mundo de la contabilidad
Como consejo final para quienes inician en el mundo de la contabilidad, Daniel no duda en poner la ética al centro.
“Nosotros trabajamos con dinero, con la confianza de muchas personas. Hay que hacer siempre las cosas bien, mantenerse informados y nunca dejar de aprender”, recalca.
El profesor Daniel González Olivares es un ejemplo claro de cómo los maestros pueden hacer una diferencia significativa en la vida de sus estudiantes.
A través de su pasión por la enseñanza, su enfoque estratégico y su profundo compromiso, ha dejado una huella que va mucho más allá de las aulas. Ha sido un verdadero mentor, y su legado continúa inspirando a todos aquellos que tienen el privilegio de aprender de él.