Día de Muertos 2025 ¿Cuándo se ponen las ofrendas para los niños y qué llevan?
Cada 31 de octubre, el Día de Muertos se llena de dulces, flores blancas y juguetes en honor a las almas más puras, recordando que el amor trasciende incluso la vida


El Día de Muertos es una de las celebraciones más entrañables de México, una fecha en la que los hogares se llenan de luz, aromas y colores para recibir a las almas que regresan del más allá. Cada altar cuenta una historia y refleja el amor con el que las familias esperan a sus seres queridos.
Sin embargo, no todas las almas llegan el mismo día, ni todas las ofrendas son iguales. En los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, los altares se adaptan para recibir a cada espíritu según su edad y la forma en que partió.
Entre los más significativos se encuentran aquellos dedicados a los niños y a los bebés que no llegaron a nacer.
El significado espiritual y origen de las ofrendas infantiles
En distintas comunidades mexicanas, el 31 de octubre se destina a honrar a los bebés no nacidos y a los niños que murieron sin recibir el bautismo.
Esta fecha tiene una profunda carga espiritual, ya que según la tradición católica, estas almas se encuentran en un lugar intermedio conocido como "limbo", donde no fueron condenadas ni salvadas, y por ello se les dedica una ofrenda especial llena de pureza y ternura.
La práctica tiene raíces en el sincretismo entre creencias prehispánicas y cristianas. Para las culturas originarias, la muerte no significaba el final, sino una transición.
Los niños representaban la inocencia y, al partir tan pronto, se creía que su alma permanecía cercana a lo divino. Por eso, su altar se prepara con elementos suaves, colores claros y símbolos que evocan la paz.

Elementos y colores que caracterizan estas ofrendas
Las ofrendas dedicadas a los pequeños difuntos son pequeñas y delicadamente decoradas. En ellas se colocan:
- Flores blancas, especialmente nube, que representan pureza.
- Veladoras blancas para iluminar su camino.
- Figuras de angelitos como reflejo de su inocencia.
- Canastas con flores o zapatitos, símbolo de su corta estancia en la Tierra.
La comida también tiene un papel central: dulce de calabaza, frutas frescas, leche, agua, sal y caramelos. No se incluyen platillos picantes ni bebidas alcohólicas, pues están reservadas para los adultos.
En el caso de los "muertos chiquitos", recordados el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, se agregan dulces de alfeñique con forma de animalitos o canastitas, juguetes, pan de muerto miniatura, tortillitas y fruta, todo dispuesto con cariño para celebrar su memoria.

Tradiciones regionales y cómo se mantienen vivas
El calendario de Día de Muertos marca un orden en la llegada de las almas:
- El 28 de octubre se reciben a quienes murieron de forma trágica.
- El 29 de octubre, se recibe a los ahogados.
- El 30 de octubre, se recibe a las ánimas olvidadas.
- El 31 de octubre, se espera a los bebés no nacidos.
- El 1 de noviembre, se espera a los niños bautizados.
- El 2 de noviembre, se recibe a los adultos.
A lo largo del país, esta costumbre sigue viva. En Michoacán, Oaxaca, Puebla y otras regiones, las familias montan altares con esmero, cuidando cada detalle para recordar a los más pequeños.
Más que una tradición, es un acto de amor que une generaciones y mantiene viva la creencia de que la muerte no separa, sino que transforma la forma de permanecer juntos.
