Día de Todos los Santos. Frases para recordar a mi bebé que y falleció
Frases y poemas para recordar a los bebés que ya fallecieron en este Día de Todos los Santos

Este 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, en esta fecha recordamos a todos los bebés que fallecieron. Para quienes hayan sufrido la pérdida de un bebé al nacer o de un hijo, hemos recopilado una selección de frases y poemas reconfortantes para recordarlos en este día.
Con el tiempo, también podrán servir de inspiración o proporcionar ideas para un epitafio o una cita para la lápida.
Frases bonitas para recordar a mi bebé en el Día de Todos los Santos
- La mayoría de la gente solo sueña con ángeles; yo tuve uno en mis brazos.
A quienes hemos tenido en nuestros brazos por un tiempo, los llevamos en nuestro corazón para siempre.
Cuando estés triste, mira de nuevo dentro de tu corazón y verás que, en verdad, lloras por aquello que te ha dado alegría.
- Las mejores y más bellas cosas del mundo no se pueden ver ni tocar. Se deben sentir con el corazón.
- Donde quiera que vayan, y pase lo que pase en el camino, en ese lugar encantado en la cima del bosque, un niño pequeño y su oso siempre estarán jugando.
- Un instante en nuestros brazos... una vida entera en nuestros corazones.
De vez en cuando,
llegan a este mundo niños
tan especiales que los ángeles
necesitan a estos preciosos seres
para cantar en el cielo
e iluminar el mundo desde lo alto.
Querido niño en el cielo
Fuiste una bendición para todos nosotros;
eras un hijo muy especial.
Y nos alegra tanto que Dios te enviara
a estar con nosotros un tiempo.
Llenaste nuestro hogar de felicidad
y completaste nuestra vida.
El tiempo que tuvimos contigo
fue demasiado corto, pero tan dulce.
Hay cosas que no nos resultan fáciles
de aceptar o comprender,
hasta que nos damos cuenta de que son parte del
plan perfecto de nuestro Creador.
Ahora nos consuela saber
que estás con los ángeles en el cielo.
En nuestros corazones te llevamos cerca,
rodeado de nuestro amor.
No llores por mí.
No llores por mí ahora que he muerto, pues sigo aquí, a tu lado.
Mi cuerpo se ha ido, pero mi alma permanece. Por favor, no derrames otra lágrima,
sigo aquí, estoy en todas partes; solo mi cuerpo yace bajo tierra.
Soy el copo de nieve que besa tu nariz,
soy la escarcha que te roza los dedos.
Soy el sol que te trae luz,
soy la estrella que brilla con tanta intensidad.
Soy la lluvia que refresca la tierra,
soy la risa, soy la alegría.
Soy el pájaro en el cielo,
soy la nube que pasa flotando.
Soy los pensamientos en tu cabeza;
mientras siga aquí, no puedo estar muerto.

No morí
No te pares junto a mi tumba a llorar;
no estoy ahí. No duermo.
Soy los mil vientos que soplan. Soy
el brillo de los diamantes en la nieve.
Soy la luz del sol sobre el grano maduro.
Soy la suave lluvia de otoño,
cuando despiertas en el silencio de la mañana.
Soy el rápido y alegre vuelo
de los pájaros en círculos.
Soy las suaves estrellas que brillan en la noche.
No te pares junto a mi tumba a llorar;
no estoy ahí. No morí.
Te recuerdo
El mundo quizá nunca se dé cuenta
si un capullo de rosa no florece;
ni se pare a pensar si los pétalos caen demasiado pronto.
Pero toda vida que se forma,
o llega a existir,
toca al mundo de alguna manera,
por toda la eternidad.
Los pequeños que tanto anhelábamos
llegaron y se fueron rápidamente.
Pero el amor que entonces se sembró
es una luz que aún brilla.
Y aunque nuestros brazos estén vacíos,
nuestros corazones saben qué hacer.
Cada latido de mi corazón dice
"Te recuerdo".
Las mejores y más bellas cosas del mundo no se pueden ver ni tocar. Se deben sentir con el corazón.
Dondequiera que vayan, y pase lo que pase en el camino, en ese lugar encantado en la cima del bosque, un niño pequeño y su oso siempre estarán jugando.











