“Más árboles, menos concreto”: jóvenes y sociedad civil se unen por un Culiacán más verde
La Secundaria STASE del Infonavit Humaya se une al proyecto “Más árboles, menos concreto”, impulsado por Mapasin y SUMA en Culiacán


En un gesto que combina conciencia ambiental, colaboración interinstitucional y esperanza juvenil, la Escuela Secundaria STASE se convirtió en la primera institución educativa de Culiacán en sumarse al proyecto “Más árboles, menos concreto”, una iniciativa de Mapasin y SUMA Sociedad Unida IAP que busca transformar el paisaje urbano con más vida natural y menos cemento.
Ubicada sobre el bulevar Enrique Cabrera, entre el bulevar Félix Castro y la calle República de Guatemala, en Infonavit Humaya, la emblemática secundaria fue escenario de una jornada que dejó algo más que árboles recién plantados: dejó raíces simbólicas de participación, compromiso y construcción de paz desde la juventud.

Un proyecto con propósito
El proyecto “Más árboles, menos concreto” nace del interés de Mapasin, organización dedicada a la mejora de la movilidad urbana, por promover espacios más humanos, sostenibles y agradables en una ciudad donde el calor y la falta de áreas verdes son desafíos cotidianos.
En alianza con SUMA Sociedad Unida, institución hermana enfocada en fortalecer el tejido social y fomentar la paz comunitaria, esta iniciativa encontró en la Secundaria STASE un terreno fértil —literal y metafóricamente— para crecer.
Durante el evento, Luis Castro Castro, director de Mapasin, destacó que esta acción representa “mucho más que regenerar el entorno”.
“Queremos que caminar sea más agradable, más fresco y más seguro. Los árboles que hoy sembramos crecerán, nos darán sombra, mejorarán la calidad del aire y ofrecerán un espacio más digno para la comunidad escolar. Pero además, son un símbolo de compromiso con el medio ambiente y con nuestra ciudad”, expresó.
Castro invitó a otras escuelas, empresas e instituciones a sumarse al esfuerzo:
“Cada apoyo, por pequeño que parezca, suma al objetivo de construir un Culiacán más verde y habitable. Celebramos hoy la fuerza de la colaboración y de la esperanza que tanto necesitamos”, añadió.
La suma de voluntades
El espíritu del proyecto quedó plasmado en las palabras de Iván Velázquez, director de SUMA Sociedad Unida, quien subrayó el valor de la participación juvenil como herramienta de transformación social.
“Plantar un árbol no implica solo cavar un hoyo y colocar una planta, implica compromiso, cuidado y responsabilidad. La paz se construye igual: con acciones pequeñas, pero constantes, día con día”, afirmó.
“Nos honra ver a jóvenes como ustedes involucrarse, porque son la esperanza de una sociedad más responsable y solidaria”.
Por su parte, Miguel Calderón, director de la fundación en GC1, resaltó la importancia de formar líderes de paz desde edades tempranas:
“Queremos que los jóvenes de 12 a 15 años tengan nuevos criterios de éxito, orientados a construir comunidad y bienestar colectivo. Este proyecto no solo siembra árboles, también siembra liderazgo, empatía y esperanza”.

Una escuela que respira
La Secundaria STASE, conocida por su alto compromiso ambiental, se sumó con entusiasmo. Noé Lizárraga Villegas, director del turno matutino, celebró que la iniciativa fortalezca la identidad ecológica del plantel:
“Nuestra escuela ya es un pequeño pulmón de la ciudad, y con este nuevo proyecto fortalecemos el exterior. Es muy importante, porque las desarrolladoras suelen pavimentar más de lo que siembran. Aquí demostramos que se puede hacer distinto”.
Del turno vespertino, la directora Karina Guadalupe Becerra Laura destacó cómo el proyecto impacta en la vida cotidiana del alumnado y se enlaza con los contenidos educativos:
“Me enamoré del proyecto desde que lo presentaron. Los árboles darán sombra a nuestros alumnos que esperan la entrada bajo el sol, y además reforzamos valores de comunidad y pensamiento crítico. Lejos de verlo como un compromiso, lo abrazamos como una oportunidad para enseñar con el ejemplo”.
Diversidad natural y compromiso compartido
Durante la jornada se plantaron 15 árboles de especies regionales, seleccionadas por su adaptabilidad y capacidad de brindar sombra: carambolos, cacalosúchil (plumeria), glorias, venadillo y algodón, entre otros. Esta diversidad, explicó el equipo técnico, ayuda a prevenir plagas y aporta un valor estético con sus distintas floraciones a lo largo del año.
Los estudiantes asumirán el compromiso de cuidarlos. Se organizará un cronograma para que, acompañados por personal de mantenimiento y docentes, realicen tareas de riego y seguimiento.
“Cada árbol plantado es una promesa de sombra, de aire limpio y de comunidad”, dijo emocionado Geovanny Alexander Durán, alumno postulado como líder de paz. “Gracias a SUMA y Mapasin por confiar en nosotros. Sigamos sembrando juntos”.

Un gesto verde en tiempos grises
El proyecto llega en un momento en que Culiacán enfrenta retos ambientales y sociales, y propone una narrativa distinta: la del trabajo conjunto y el optimismo.
Como señaló Miguel Calderón: “En medio de tiempos difíciles, necesitamos recordarnos que sí hay cosas buenas. Que cuando nos articulamos y trabajamos juntos, sembramos no solo árboles, sino esperanza”.