Parque Prados del Sol 2 del Desierto: un oasis comunitario en Culiacán
El Parque Prados del Sol 2 del Desierto en Culiacán renació gracias a la unión vecinal, convirtiéndose en ejemplo de participación ciudadana


En la colonia Prados del Sol 2, un espacio que hace pocos años lucía apagado y descuidado, hoy florece gracias a la voluntad de sus vecinos.
El Parque Prados del Sol 2 del Desierto se ha convertido en un punto de encuentro familiar y un ejemplo de cómo la participación ciudadana puede transformar el entorno.

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El impulso principal vino de los propios vecinos, como Gabriela Maciel y su esposo, Candelario Beltrán. Consciente del valor de la naturaleza en la vida urbana, Gabriela recuerda la motivación que los llevó a actuar: “El calor que nos sobra es la naturaleza que nos falta”
El jardín del parque es un tesoro verde
Con la alianza del organismo Parques Alegres, juntos, comenzaron a embellecer el parque con un jardín que cuidan diariamente.
Las plantas llegaron gracias a donaciones y regalos: flor de cempasúchil, zinnias, rosales, corona de Cristo, así como árboles frutales de mango, guayabo, limón, toronja, tamarindo, aguacate, ciruelo, melón y nopales.
Lo que empezó como riego con cubetas y mangueras, ahora cuenta con un sistema de goteo que facilita su mantenimiento.

La unión hace la fuerza… y la diferencia
Gabriela, vecina desde hace 17 años, destaca que no están solos: otros residentes y miembros del comité se han sumado a la labor de embellecer el espacio.
El parque ahora ofrece áreas de jardín, una techumbre para clases de baile tipo zumba, bancas, canchas de futbol y volibol, juegos para niños pequeños y equipos de ejercicio para jóvenes y adultos.
Uno de sus mayores atractivos es la trotapista, muy utilizada por vecinos que cada tarde caminan, trotan o corren, y por familias enteras que aprovechan el lugar para convivir y relajarse.
Un símbolo de orgullo vecinal
David Madrid, presidente del comité de vecinos, señala que aún hay metas por cumplir. A inicios de este año solicitaron al gobierno municipal la instalación de una cancha de pasto sintético, con la esperanza de mejorar la experiencia de juego para niños y adultos que entrenan ahí.
El Parque Prados del Sol 2 es hoy un ejemplo de cómo la unión comunitaria puede rescatar un espacio y convertirlo en un lugar vivo y útil para todos.
Lo que comenzó con unas cuantas plantas y la determinación de dos personas se ha convertido en un símbolo de orgullo vecinal y en un oasis verde que refresca tanto el cuerpo como el espíritu de quienes lo visitan. La unión vecinal transforma los parques y da más armonía a la comunidad.