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Un santuario que navega: la tradición japonesa que honra al mar

Cada año en Yokosuka, Japón, se realiza un festival único donde se lleva un santuario portátil hasta el mar para pedir protección y buena pesca. Este evento, lleno de espiritualidad, refleja los profundos valores japoneses de respeto a la naturaleza, unidad comunitaria y preservación de sus tradiciones.

1 agosto, 2025
Festival japonés. Foto. Pixabay.
Festival japonés. Foto. Pixabay.

Cada verano, en la ciudad costera de Yokosuka, al sur de Tokio, se celebra un evento muy especial: el Festival de Catarina en la playa de Kurihama. Lo más llamativo del evento es que un mikoshi —un santuario portátil tradicional— es llevado por los fieles hasta el mar y embarcado en un ferry.

Este ritual tiene un significado muy importante para los habitantes de la región. No es un simple desfile, sino una forma de honrar al mar, pedir por la seguridad de los marineros y desear una buena temporada de pesca. Este acto espiritual, lleno de color, energía y respeto, es una muestra viva del alma japonesa.

¿A quien alaban?

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El mikoshi representa la presencia de una deidad sintoísta. Durante el festival, decenas de personas lo cargan con fuerza, entusiasmo y devoción.

No se trata solo de llevar un objeto, sino de caminar junto a lo divino. Los participantes, vestidos con ropa tradicional y rodeados de música de tambores, bailan y gritan en señal de alegría.

Este tipo de rituales son muy comunes en Japón y reflejan el sintoísmo, una de las religiones tradicionales del país. Para los japoneses, la naturaleza está llena de espíritus y cada lugar —el mar, los árboles, los ríos— merece respeto.

Mar. Foto. Pixabay.
Mar. Foto. Pixabay.

El momento más esperado: el mikoshi al mar

Uno de los momentos más emocionantes del festival es cuando el santuario es subido a un barco. Esta parte del evento tiene un gran simbolismo: es como devolver el favor a la naturaleza, agradeciendo al mar todo lo que ofrece y pidiendo que proteja a quienes dependen de él para vivir.

Aspectos destacados del ritual:

  1. El mikoshi es bendecido por sacerdotes antes de tocar el agua.
  2. El ferry que lo transporta va rodeado de barcos decorados con banderas.
  3. La comunidad observa en silencio y con respeto.
  4. Después del paseo, se celebra con danzas y comida típica.

¿Quienes participan en el Festival?

Participan desde niños hasta adultos mayores, todos trabajando juntos para mantener viva la tradición. Los más jóvenes aprenden de los mayores y así se transmite el conocimiento de generación en generación.

Además, el evento atrae turistas nacionales e internacionales que admiran la belleza del ritual y la fuerza de su significado. Para los habitantes de Yokosuka, es también una oportunidad para mostrar su orgullo local y su forma de vida ligada al mar.

Japón: donde el pasado sigue vivo

Este tipo de festivales nos recuerdan que Japón es un país donde el pasado y el presente conviven en armonía. Aunque es una nación moderna y tecnológica, sigue dando un lugar importante a sus raíces, a sus dioses antiguos, y a la conexión profunda con la naturaleza.

El Festival de Catarina es más que una fiesta: es una enseñanza viva de respeto, comunidad y tradición. Una lección que el mundo entero puede admirar y aprender.



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