Cada día menos criminales
El fin del imperio del fentanilo: cárteles cierran laboratorios ante el temor de ser capturados


Las amenazas de Trump y la ofensiva de México afectan a los cárteles mexicanos.
Según el New York Times.
Varios miembros de un cártel dijeron que, por primera vez en años, temían ser arrestados o morir a manos de las autoridades.
Un líder del cártel dice que está tratando de averiguar cómo proteger a su familia.
Otro dice que ya se ha escondido y rara vez sale de su casa.
Dos jóvenes que producen fentanilo para el cártel dicen que han cerrado todos sus laboratorios de drogas.
Según funcionarios mexicanos y entrevistas con miembros de un cártel, en los últimos meses las autoridades mexicanas han azotado a los carteles con una oleada de arrestos, decomisos de drogas y redadas en laboratorios, lo que ha obligado a sus líderes a reducir la producción de fentanilo y otras drogas.
Los cárteles han sembrado el terror en todo México y han causado daños incalculables en Estados Unidos.
Pero la dinámica parece estar cambiando.
Los agentes del cártel dicen que han tenido que trasladar laboratorios a otras zonas del país o cerrar temporalmente la producción.
“No puedes estar tranquilo, ni siquiera puedes dormir, porque no sabes cuándo te van a atrapar”, dijo un miembro de alto rango que, como otros del cártel, habló bajo condición de anonimato por miedo a ser capturado.
“Lo más importante ahora es sobrevivir”, agregó, con las manos temblorosas.
La represión del gobierno contra el crimen organizado se intensificó después de que la administración Trump amenazara con represalias a menos que México detuviera el suministro de fentanilo a los Estados Unidos, prometiendo aranceles elevados si continuaba el flujo de migrantes y drogas.
El presidente Trump comenzó a plantear la posibilidad de aranceles poco después de su elección, y poco después de asumir el cargo anunció gravámenes del 25% a los productos mexicanos si el país no actuaba en materia de seguridad fronteriza y tráfico de drogas.
El presidente le dio a México un mes para entregar resultados, amenazando con promulgar los aranceles el 4 de marzo si no estaba satisfecho.
Frente a la amenaza, el gobierno mexicano pasó a la ofensiva.
La presidenta Claudia Sheinbaum envió 10,000 efectivos de la guardia nacional a la frontera y cientos de soldados más a combatir a los narcos.
Intensificó significativamente los arrestos en todo el país.
“Todos los días ha habido arrestos e incautaciones”, dijo Omar Harfuch, el ministro de seguridad mexicano.
Las detenciones han llevado a “un debilitamiento constante” del cártel.
Las fuerzas de seguridad del país incautaron casi tanto fentanilo en los últimos 5 meses como el año anterior.
La administración de Sheinbaum dice que ha realizado casi 900 arrestos solo en Sinaloa desde octubre.
El gobierno mexicano dijo que había comenzado a enviar a Estados Unidos más a docenas de criminales, buscados por las autoridades estadounidenses y presos en las cárceles mexicanas.
Y seguirá enviando.
Fue una clara señal para la administración Trump de que México estaba ansioso por luchar contra los cárteles.
“Los grupos criminales no han sentido este nivel de presión en mucho tiempo”, dijo Jaime López, un analista de seguridad con sede en la Ciudad de México.
En las entrevistas, los miembros de los cárteles estuvieron de acuerdo.
Algunos dijeron que estaban vendiendo propiedades y despidiendo personal no esencial para compensar la pérdida de ingresos por la reducción en el comercio de fentanilo.
Las organizaciones criminales en México tienen una larga historia de sobrevivir a los esfuerzos por desmantelarlas y dividirse en nuevos grupos.
Pero varios miembros dijeron que, por primera vez, por primera vez en años, temían genuinamente ser arrestados o morir a manos de las autoridades.
Los expertos señalaron que una disminución en la producción no necesariamente afectaría el flujo de fentanilo hacia el norte, ya que la droga es fácil de fabricar y puede trasladar sus laboratorios a otros lugares, incluso dentro de EE.UU.
Pero la represión ha tenido un impacto inmediato, dijeron.
El gobierno está enviando un mensaje de que, cuando quiere, puede ejercer ese tipo de presión.
Además, la Guardia Nacional y las fuerzas armadas son muchos más grandes que antes y están más preparadas y equipadas.
Antes de que se intensificaran las amenazas arancelarias, Sheinbaum ya había mostrado su voluntad de enfrentarse a los cárteles tan pronto como asumió el cargo el 1 de octubre.
Sheinbaum fue noticia con una serie de batallas entre soldados y pistoleros de los cárteles que dejaron docenas de muertos a principios de su presidencia.
Los funcionarios estadounidenses dicen que Estados Unidos ha comenzado recientemente a ampliar los vuelos de drones a México para detectar laboratorios de drogas, y la semana pasada la administración designó a varios cárteles como organizaciones terroristas.
Los cárteles de México son conocidos por acumular armas de uso militar, incluidos artefactos explosivos improvisados, pero sus miembros reconocieron en entrevistas que difícilmente podrían competir con el arsenal del ejército mexicano y estadounidense.
Un cocinero de fentanilo del cártel, hablando desde la cárcel, dijo que en realidad estaba a favor de que el gobierno mexicano intensificara la aplicación de la ley, porque creía que frenar la violencia del cártel podría evitar las “muertes de inocentes”.
La semana pasada, las fuerzas mexicanas arrestaron a dos grandes personajes del Cártel de Sinaloa que eran socios cercanos de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, el hijo del Chapo, encarcelado de por vida en EU.
Sheinbaum ha defendido su historial en la lucha contra los cárteles y ha respondido con dureza a la acusación de la Casa Blanca de Trump de que el gobierno mexicano tiene "una alianza intolerable" con los narcotraficantes.
Estamos combatiendo a los grupos del crimen organizado, de eso no puede haber ninguna duda, dijo en una conferencia de prensa.
Y agregó: Estamos persiguiendo al crimen organizado, a todos los carteles.
El cocinero de fentanilo en la cárcel argumentó que los verdaderos terroristas eran los usuarios en Estados Unidos cuyo apetito insaciable por la droga alimenta el comercio.
Los otros dos cocineros jóvenes coincidieron en que los peores actores estaban al norte de la frontera: los traficantes de armas que obtienen enormes ganancias contrabandeando armas a México que matan a tanta gente.
Incluso si el gobierno bombardea todos los laboratorios de drogas en México, dijo, no hará que los estadounidenses sean menos dependientes de la droga, que es uno de los opioides sintéticos más adictivos disponibles.
Dijo que, con los ingredientes adecuados, el fentanilo se puede sintetizar prácticamente en cualquier lugar, en pequeñas cocinas o en laboratorios rudimentarios en las montañas, y que mientras los estadounidenses quieran fentanilo, se seguirá fabricando.
La demanda no terminará pronto, el producto se seguirá consumiendo por varios años.
La adicción mantiene la demanda.
Aunque por ser una droga suicida, se mueren muchos consumidores y cada día hay menos.