La Paternidad en México: Un asunto para meditar
Durante la década de los cincuenta del siglo pasado –Siglo XX-, se inició en los diferentes centros escolares –educación Primaria- la tradición de celebrar la Paternidad o Ser Padre de familia en nuestro país. El propósito de tal día –en sus inicios- era rendir reconocimiento a los padres de familia, que por su esfuerzo y ejemplo desempeñaban una función primordial en el núcleo familiar.
Esta tradición continúa en nuestro país, aun cuando se designó al tercer domingo del mes de Junio –al igual que los países sajones- para dar a ese domingo un carácter festivo con sus matices distintivos al de otros festejos.
Sin embargo, es pertinente decir, que ésta festividad no fue tan fácilmente aceptada en sus inicios en nuestro país, esto debido a la cultura machista –aun existente- en nuestro país, en la cual toda expresión de sentimientos es sinónimo de debilidad, en un país donde la figura paterna era sinónimo de fortaleza y hombría.
Para nuestra fortuna –y la de nuestros hijos- esta figura clásica paterna está en franca decadencia o extinción. Hoy en día podemos ver más padres de familia comprometidos en las actividades escolares, culturales o artísticas de su familia. Los diferentes cambios en la dinámica socioeconómica de las familias mexicanas actuales han obligado en que el padre sea más involucrado en los quehaceres y compras del hogar –anteriormente exclusivo de las madres o mujeres de la familia-.
Pero sobre todo, el grado de responsabilidad de los padres de familia con respecto a sus hijos, lo han convertido en un padre comprometido en el desarrollo emocional, espiritual, económico, académico y sociocultural de su familia. Claro está, que siguen las excepciones de lo anteriormente dicho.
Todavía hay padres –hombres- que no se atreven a platicar de manera responsable y seriedad con sus hijos acerca de la sexualidad, del respeto a la Mujer en nuestra sociedad, de la importancia de ser respetuosos ante la ley y la Sociedad en la que vivimos, de la importancia de los valores como la honestidad, la honradez, la responsabilidad, asi como de la importancia del trabajo, la equidad y la justicia.
Nuestro país y nuestras familias necesitan –con urgencia- hombres de valores y principios firmes, con una convicción de bienestar para su familia y para sus comunidades. Necesitamos una nueva generación de padres de familia que guíen a los suyos por el camino de los valores –trabajo, esfuerzo, disciplina, respeto, aceptación y honradez- y que con sus acciones den el ejemplo de una paternidad responsable.
El camino no es fácil, pero, los frutos a la distancia del tiempo lo valen. ¡Feliz día del Padre!