Con gran talento, Cynthia embellece a las mujeres de Barrancos

Cynthia María Nevárez Zamudio es una joven madre de familia. Dedica parte de sus días al cuidado de sus dos pequeños hijos de 7 y 4 años de edad.

La edad perfecta para tener juguetes regados por toda la casa, llantos y gritos sin cesar. Un desafío para cualquier mujer.

Sin embargo, a ella la caracteriza la paciencia. En medida de lo posible, mantiene su hogar en orden y a sus niños los atiende con dedicación.

Misma dedicación y empeño que pone en cada una de sus actividades.

Desde que nació, hace 29 años, ella ha vivido en Barrancos. Sus padres la trajeron a vivir a este lugar, y aquí en uno de los andadores del sector ha hecho su vida.

Después de concluir sus estudios de bachillerato, sus padres decidieron cambiar de residencia.

Se fueron a buscar mejor vida en la fronteriza ciudad de Tijuana, hasta donde la llevaron y con buen ánimo decidió entrar a estudiar enfermería.

Las cosas no salieron del todo bien. Después de ocho años, sus padres regresaron a vivir a Culiacán y la futura enfermera se quedó sola en una nueva ciudad.

Los desafíos que representan vivir sola siendo tan joven, y con la carga de una carrera universitaria a cuestas, la doblegaron e hicieron entender que la vida es mejor acompañada de su familia. Por lo que decidió regresar a vivir a esta ciudad.

Ya de regreso en Culiacán, decidió reencausar su vida. Dejó sus estudios de enfermería y decidió darse una oportunidad en algo que tanto le gusta. La belleza.

Se abrió camino en la especialización en la academia de belleza Belle Lumiere, en donde aprendió todo lo relacionado con tratamientos capilares y mucho más.

Ahora, desde la sala de su casa Cynthia atiende a las mujeres de Barrancos que llegan en busca de una “ayudita”.

“Atiendo a mis clientas desde la salita de mi casa. Hago alaciados permanentes, tratamientos capilares, colocación de pestañas, pedicure, gelish”, asegura.

Pero de todos los trabajos que realiza, prefiere la aplicación de pestañas, asegura que le encanta, sobre todo porque requiere de paciencia y una buena vista.

“Poner pestañas me encanta. Se necesita ser muy paciente y sobre todo una buena vista. Ser dedicada y eso lo disfruto”, señala con alegría.

Así, haciendo estos trabajos de belleza es como ayuda a proveer el sustento en su hogar. Con la ayuda de su esposo y sus padres, logra salir adelante. Pero, sobre todo, la llena de satisfacción saber que hace un buen trabajo.

“Lo mejor es cuando tus clientas te recomiendan. Sabes que les gusta tu trabajo y eso me llena de orgullo”, dice.

Así es como en Barrancos, las mujeres del sector tienen una aliada. Mientras cuida de su familia, Cynthia cuida de la belleza de otras mujeres del lugar.