El Canal Cañedo, el sistema que impulsó la producción de caña y continúa activo en Navolato
El legado del ingenio La Primavera en la comunidad
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El ingenio La Primavera ya no está. Sus máquinas dejaron de funcionar en 2013 y con ello se cerró un capítulo que marcó la vida económica y social de Navolato.
Pero hay un elemento que, lejos de apagarse, sigue vivo, firme y presente.
Un ícono que atraviesa Navolato
El Canal Cañedo, el mismo que atravesó el municipio desde finales del siglo XIX y que hoy continúa recordando los orígenes de los navolatenses.
El Canal Cañedo no es solo una obra hidráulica. Es parte de la identidad de la ciudad. Nació junto con el ingenio, allá por 1893, cuando se inauguró La Primavera y comenzó la era que convirtió a Navolato en un punto clave para la producción de caña de azúcar.
A través de este canal fluyó el agua que hizo posible el cultivo, el trabajo en los campos y el sustento de miles de familias.
Para muchos habitantes, ver el caudal correr es volver a las raíces. Es recordar a los abuelos que trabajaron en la molienda, a las mujeres que preparaban comida para los jornaleros, a los niños que crecieron viendo pasar las carretas cargadas de caña.
Aunque el ingenio cerró hace más de una década, el canal sigue corriendo con la misma fuerza, como si se resistiera al olvido.
El legado del ingenio La Primavera en la comunidad
Hoy, el Cañedo se ha convertido en un símbolo silencioso pero poderoso. Representa la historia productiva de Navolato, la fuerza laboral de su gente y la capacidad de un municipio para reinventarse sin borrar lo que fue.
Donde antes había chimeneas y trapiches, ahora hay nuevas actividades y otras esperanzas; pero el canal, ese que atraviesa y une, permanece.
La importancia del canal Cañedo en la identidad navolatense
En un tiempo donde muchas comunidades buscan sus emblemas de identidad, Navolato no tiene que ir muy lejos.
Basta mirar el agua que sigue su curso, constante, para entender que la historia no se perdió. Al contrario: sigue viva, fluyendo día tras día, igual que el Cañedo.
Porque si algo caracteriza a Navolato es que, incluso cuando cambian los tiempos, su corazón sigue latiendo fuerte. Y ese corazón, para muchos, empieza en el canal que lo vio nacer.
