Jorge Valencia, más que vender plantas, cultiva alegría y enseña que cuidar la naturaleza también es una manera de sembrar paz en Culiacán
Desde su vivero en la colonia Guadalupe Victoria en Culiacán, Jorge promueve el cuidado del medio ambiente y ofrece plantas que alegran los hogares y fortalecen el sentido de comunidad


Culiacán, Sinaloa. - Entre la tierra, el sol y el verde que renace cada día, un hombre halló su manera de sembrar esperanza. Con paciencia y amor por la naturaleza, Jorge Valencia López convirtió su pasión en un proyecto de vida que no solo embellece el entorno, sino que inspira a otros a creer en el poder de comenzar de nuevo y florecer.

Con cada planta, Jorge Valencia riega esperanza en Culiacán
Jorge recuerda con orgullo que todo inició con pocas plantas. Su pasión por verlas crecer lo motivó a emprender un sueño verde que, con el paso del tiempo, floreció en algo mucho más grande.
Hace dos años, decidió transformar un terreno que antes era usado como basurero en un espacio lleno de vida y armonía: su propio vivero sobre el bulevar Agricultores esquina con calle Justicia en la colonia Guadalupe Victoria.
“Desde siempre me ha gustado el cuidado de las plantas. Ver cómo crecen gracias a mi dedicación es muy satisfactorio”, compartió Jorge y señaló que las plantas no solo son adornos o mercancía, sino una compañía serena que enseña sobre constancia y gratitud.
“Hay que tener buena mano para que crezcan, para que no se sequen. Ellas también sienten el trato que uno les da”, afirmó con sabiduría Valencia López.

En su vivero se respira un ambiente distinto. El aire es más fresco, el olor a tierra húmeda se mezcla con el perfume de las flores y el zumbido de los colibríes que llegan a curiosear entre las hojas.
Allí se pueden encontrar plantas como helechos, teléfono, corona de Cristo, flor del desierto y cuna de Moisés, además de una gran variedad de árboles frutales como limón, lima, papaya, guayabo y plantas medicinales como la sábila o la popular “insulina”, conocida por sus beneficios para personas con diabetes.
Y en esta época, ofrece hermosas macetas de Nochebuenas, llenando cada espacio de color, tradición y ese toque especial que solo las flores navideñas pueden brindar.
“Si no tenemos una planta, la conseguimos. Lo importante es que el cliente se vaya feliz”, aseguró Jorge, quien también ofrece maceteros y tierra especial para que cada especie tenga el hogar que merece.

Su trato amable y sus consejos sobre cómo cuidar las plantas, dónde colocarlas o qué tipo se adapta mejor a cada espacio han hecho que sus clientes se conviertan en amigos.
Durante estos siete años, Jorge Valencia ha aprendido que el trabajo con la naturaleza también sana el alma. “A pesar de la difícil situación que se vive en la ciudad, aquí seguimos, ofreciendo vida, color y esperanza”, expresó mientras limpia el área de las plantas.
“Cada persona que llega a mi vivero es bienvenida, compre o no compre”, expresó Jorge quien está convencido de que compartir la belleza de la naturaleza también es una forma de sembrar paz.

El espacio creado por Jorge Valencia López es reflejo de un espíritu que no se rinde, de manos que siembran esperanza y corazones que creen en los nuevos comienzos. Nos demuestra que con dedicación y fe es posible transformar cualquier terreno árido en un jardín donde florecen oportunidades.


























