‘Más abajo de las adicciones solo sigue la muerte’: el testimonio de José Manuel Aceves de Tijuana
Un camino de oscuridad que lo llevó al límite. Del abismo de las sustancias a la esperanza: un testimonio sobre la recuperación y el perdón en el podcast ¿No pasa nada?

A sus 40 años, José Manuel Aceves recuerda con voz firme los años más duros de su vida. En episodio 24 del podcast ¿No pasa nada?, compartió cómo su adicción a las sustancias y al alcohol lo llevó a perder casi todo: su familia, sus amigos y su dignidad.
“Cuando mis hijas me dieron la espalda, cuando mi madre me decía que ya estaba mal, cuando nadie quería saludarme, supe que había tocado fondo”, narró.
Durante años, José Manuel intentó sostener buenos empleos y cumplir su sueño de infancia de ser doctor, pero las adicciones lo detuvieron una y otra vez.
“Tuve muchos trabajos muy buenos, pero las drogas y el alcoholismo no me dejaron trascender”, reconoció.
Su madre, cansada de verlo perderse, se convirtió en una voz de advertencia que él, en su momento, no quiso escuchar.
El golpe más duro: la vergüenza ante su hija
Uno de los momentos más dolorosos que recuerda fue cuando su hija le pidió que no la recogiera en la escuela porque le daba vergüenza.
“Me dijo: ‘No quiero que vayas por mí porque me da pena que te vean así’. Esas palabras te clavan como una puñalada”, confesó.
Esa escena marcó un antes y un después. Poco después, se encontró completamente solo: las amistades habían desaparecido y el consumo lo había dejado en la ruina emocional.
“Estaba en el suelo y escarbé para abajo, pero debajo ya no hay nada. Solo te queda una opción: levantarte”.
El dolor de la pérdida y la búsqueda del perdón
En medio de su recuperación, José Manuel enfrentó otro golpe devastador: la muerte de su padre.
“Él falleció atropellado, y yo seguía metido en la droga. Fue una noticia muy fuerte, una experiencia que no se le desea a nadie”.
Aun con el peso de la culpa, siente que su padre lo acompaña desde arriba, ayudándolo a ser un mejor hijo, un mejor esposo y, sobre todo, un mejor padre. 
El tiempo perdido con sus hijas es una herida que todavía duele. “Ellas tienen fotos, pero yo no aparezco en ellas. Hoy me dicen que soy el mejor papá del mundo, pero sé que ese tiempo ya no lo voy a recuperar nunca”.
De la adicción a la esperanza
Hoy, José Manuel se dedica a compartir su testimonio y a orientar a quienes atraviesan el mismo infierno que él conoció. Asiste a grupos de ayuda y ofrece charlas motivacionales para prevenir el consumo.
“Muchos me preguntan si no me he cansado de ir a grupos o de compartir. Para mí, dejar el alcohol y las drogas ha sido lo mejor que me ha pasado. Tengo todas las vidas para ser feliz y no veo razón para retroceder”.
Con un mensaje directo, advierte a los jóvenes:
“No se den la oportunidad de probar. Yo por probar perdí 12 o 15 años de mi vida, perdí a mucha gente y toda la niñez de mis hijas. Hasta ahora, no conozco a nadie que haya ganado algo por consumir una sustancia”.
Su historia nos hace reflexionar para considerar que incluso desde el fondo más oscuro, siempre hay una salida… si se tiene la voluntad de mirar hacia arriba.










