‘Cuquis’ Beltrán amasa sus sueños y sazona su futuro con el sabor casero de sus tortillas y guisos en el bulevar Agricultores en Culiacán
Refugio Beltrán Félix, con sus tortillas y guisos 100 % caseros, no solo conquista paladares: cada bocado refleja su fe y esfuerzo, motivando a otras mujeres a perseguir sus sueños sin rendirse


Culiacán, Sinaloa.- Amasando sueños y guisando sabor, Refugio Beltrán Félix, mejor conocida de cariño como “Cuquis”, conquista paladares y corazones en Culiacán. Su historia es una receta de valentía, fe y perseverancia que inspira a otras mujeres a no rendirse, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias.

“Cuquis” Beltrán: Amasando tortillas y sueños con sabor a superación en Culiacán
Hace más de ocho meses, esta mujer trabajadora y resiliente decidió levantarse del dolor y emprender. Con un comal, una mesa y una enorme determinación, inició a vender tortillas de harina 100 % caseras y exquisitos guisos sobre el bulevar Agricultores, a la altura de la colonia Revolución.
Actualmente, sus tortillas no solo deleitan por su inigualable sabor casero, sino también por el amor, la perseverancia y la esperanza que llevan en cada bocado.
“Cada mensaje positivo de mis clientes me motiva a seguir adelante. No fue nada fácil, y más en esta situación en Culiacán y principalmente en el sector donde vendo mis tortillas. Aquí seguimos firmes, porque hay una necesidad. Dios nos cuide y nos proteja”, compartió con una sonrisa “Cuquis”.
Todo comenzó con lo poco que tenía: acarreaba su comal, mesa, utensilios y materia prima en una carrucha para instalarse en su punto de venta. Más que un negocio, se convirtió en su fuerza y motivación. Tras una difícil ruptura matrimonial, encontró en la masa y el fuego un motivo para reinventarse y volver a creer en sí misma.

“Inicié vendiendo tortillas y frijoles; ahora ya vendo guisos como rajas en crema, cochinita, arroz, chicharrón y otros más. Todo a precios accesibles, porque sé que la situación está difícil. Yo los ayudo, y ellos me ayudan”, relató.
Con una risa sincera, recordó que su primer intento fue con la venta de tamales, pero no logró vender ninguno. Lejos de rendirse, decidió probar suerte con las tortillas de harina… y encontró su verdadero camino.
Hoy, sus clientes no solo las compran por una, dos o docenas, sino también por kilos, e incluso sus tortillas han llegado a otras ciudades del país gracias a su exquisito sabor casero.
“Mis tortillas tienen un sabor casero inigualable y una textura suave que las hace irresistibles. Lo mejor es que, al recalentarlas, conservan su frescura y ese delicioso sabor que tanto gusta a mis clientes”, afirmó orgullosa la vecina de la colonia 5 de Febrero.
El fruto de su constancia ya da resultados: ahora no necesita empujar la carretilla, pues puede pagar para que la trasladen junto con su mercancía. Además, genera empleo para tres mujeres más, Manuelita, Cecilia y Diana, quienes la ayudan a seguir creciendo este negocio hecho con fe, amor y harina.

Agradecida por la fidelidad de su clientela, “Cuquis” atiende a cada persona con la calidez que la caracteriza, convencida de que un trato amable también alimenta el alma.
“Quiero decirles a las mujeres que no se rindan, que no tengan miedo de hacer lo que más les apasiona. Todas tenemos talento y la capacidad de salir adelante. Con fe y una mente positiva, se pueden alcanzar grandes sueños”, expresó emocionada.
‘Cuquis’ Beltrán con su ejemplo demuestra que, cuando la vida se amasa con esperanza y se sazona con amor, el resultado siempre será un futuro más sabroso y lleno de nuevas oportunidades.
De lunes a sábado, de 12:30 p.m. a 7:00 p.m., ‘Cuquis’ ofrece sus deliciosas tortillas de harina y guisos caseros sobre el bulevar Agricultores, entre las calles General Eulogio Parra y General José María Yáñez, a la altura de la colonia Revolución.

“Cuquis” Beltrán, entre aromas que despiertan el apetito y sonrisas sinceras, sigue amasando no solo tortillas, sino también historias de superación.
La historia de “Cuquis” Beltrán inspira a creer que los sueños también se amasan con perseverancia y se cocinan con pasión. Ella demuestra que, aunque la vida tenga momentos amargos, siempre es posible darle sabor a la esperanza y servirla con una sonrisa. Porque cuando el corazón no se rinde, el futuro, como sus tortillas de harina y guisos, siempre tiene un aroma delicioso a nuevas oportunidades.







































