No ve, pero su voz lo dice todo: conoce a Milagros
Milagros de Jesús Benítez deleita a los paseantes del centro de la ciudad con un amplio repertorio, su ceguera no es impedimento para desarrollar su pasión por el canto


Mazatán, Sinaloa.- Desde pequeña Milagros de Jesús Benítez se dio cuenta de que le gustaba cantar, sacaba de la cocina de su mamá las cazuelas y cucharas para hacer música y acompañar su canto, en ese entonces entonaba canciones infantiles, hoy canta en las calles del centro de Mazatlán todo un repertorio de famosas artistas.
“Mi pasión, lo que más me gusta es cantar, gritar dijera yo”, dice Milagros en tono de broma y riendo apenada.
En su juventud, Milagros empezó a cantar en algunos eventos sociales y a la par trabajaba en negocios como taquerías o restaurantes. Su ceguera, una condición de nacimiento, nunca fue un impedimento para que ella desarrollara su pasión por el canto.

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La familia, un motivo para salir adelante cantando
Cuando Milagros tuvo a su primer hijo empezó a trabajar en las calles vendiendo periódicos y ahí también cantaba, para no aburrirse.
Recuerda que para poder salir a las calles tuvo que recibir educación en una institución para ciegos y débiles visuales, gracias a ello ha podido desenvolverse mejor y continuar trabajando y cantando.
También aprendió a tocar la guitarra, con ella se acompaña y con lo que gana cantando y vendiendo bocinas en la calle Benito Juárez le ayuda a sus padres y aporta al sustento de su hogar, conformado por ella, su esposo y sus tres hijos.
“Le llevo a mi mamá poquito diario de lo que yo gano, mi esposo es guardia de seguridad, yo lo conocí vendiendo periódicos, tenemos casi 17 años juntos y nuestros tres niños pues son nuestro fruto”, dice Mili como le dicen sus seres queridos.
Los sueños de Mili van más allá de su propia realidad, busca ayudar a los demás
Pero Milagros no solo hace un gran esfuerzo cada día para salir a trabajar y generar ingresos, tiene otros planes para ayudar a más personas con discapacidad y adultos mayores. Por lo pronto, a través de un grupo de WhatsApp coordina la entrega de bastones, con apoyo de amigos, pero su proyecto a futuro es crear una fundación.
“Ojalá llegara a ser una fundación donde apoyemos a personas con discapacidad visual y motriz con bastones y medicamento, también a personas mayores, así lo hacemos actualmente sin fines de lucro, solo a través de un grupo de WhatsApp”, explica.
Y como dice la canción… “La vida es mejor cantando”
Mientras tanto, Mili con su bocina y un micrófono lleva en una memoria USB pistas de canciones de grandes artistas como Rocío Durcal, Ana Gabriel y Jeny Rivera.

“Hasta ahorita sigo haciendo lo que mejor sé hacer y las palabras de la gente buena que viene aquí me llenan de vida, me dicen que canto muy bonito, a mí me gusta mucho lo que hago”, dice contenta Milagros.
La historia de Mili es la de una persona resiliente, que todos los días trabaja con ahínco para ser productiva y cuya discapacidad nunca ha significado un obstáculo para ser feliz haciendo lo que más le gusta: cantar.