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Donde otros ven un mueble viejo, Cirilo Dionisio descubre una joya que merece revivir en Culiacán

Desde hace más de 40 años, Cirilo Dionisio Félix transforma con paciencia y sabiduría los muebles antiguos en Culiacán. Con sus manos artesanas rescata memorias, tradiciones y la esencia de un oficio que se resiste a desaparecer

7 julio, 2025
Con dedicación y maestría, Cirilo Dionisio rescata muebles viejos y los convierte en testigos del pasado familiar. Foto: Juan Madrigal
Con dedicación y maestría, Cirilo Dionisio rescata muebles viejos y los convierte en testigos del pasado familiar. Foto: Juan Madrigal

Culiacán, Sinaloa.- En un mundo que va deprisa y desecha con facilidad, todavía existen manos que se aferran con paciencia, sabiduría y amor a los oficios que otros han olvidado. Manos como las de Cirilo Dionisio Félix, un artesano originario de Santiago Mexquititlán, Querétaro, que desde hace cuatro décadas transforma el mimbre y el bejuco en verdaderas obras de arte.

Cirilo no solo restaura muebles antiguos; rescata historias, honra memorias y sostiene, con cada tejido, una tradición que se niega a morir.

Cirilo Dionisio revive muebles y memorias en Culiacán

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Su técnica, conocida como ojo de perdiz, requiere de una destreza extraordinaria. El trabajo es completamente manual y cada pieza puede tardar horas o incluso días en quedar terminada. “Mi trabajo necesita de mucha paciencia y concentración”, afirma Cirilo con orgullo mientras acomoda el respaldo de una vieja silla que pronto lucirá como nueva.

Con dedicación y maestría, Cirilo Dionisio rescata muebles viejos y los convierte en testigos del pasado familiar. Foto: Juan Madrigal
Con dedicación y maestría, Cirilo Dionisio rescata muebles viejos y los convierte en testigos del pasado familiar. Foto: Juan Madrigal

Lo que hace no es solo una reparación: es una reconstrucción emocional. Muchos de los muebles que llegan a sus manos no tienen un gran valor económico, pero sí un enorme peso sentimental. “A veces pertenecieron no a los bisabuelos, sino a los tatarabuelos”.

Cirilo llegó a Culiacán en 1985, acompañado de su cuñado José, quien le enseñó el oficio del tejido. Antes había trabajado como albañil en la Ciudad de México, pero buscaba una mejor vida. 

“Me casé, y mi mujer me dijo: vámonos a Culiacán para trabajar fuerte y construir la casita”, recordó. Y lo logró. Con esfuerzo y dedicación levantó su hogar, mientras sus manos tejían sueños con hilos de bejuco.


Con el tiempo, la competencia creció y los precios bajaron, por lo que en 2007 tomó la difícil decisión de cruzar ilegalmente a Estados Unidos. Allá trabajó durante cinco años, pero en 2012 decidió volver. “Como México no hay dos”, aseguró, y en Culiacán sigue trabajando con pasión, pese a las dificultades.

En un mundo que olvida rápido, Cirilo Dionisio Félix sostiene con dedicación un oficio artesanal que revive muebles y memorias familiares. Foto: Juan Madrigal
En un mundo que olvida rápido, Cirilo Dionisio Félix sostiene con dedicación un oficio artesanal que revive muebles y memorias familiares. Foto: Juan Madrigal

Cuando no tiene pedidos, Cirilo recorre las calles de colonias populares de la ciudad en busca de muebles que pueda restaurar. También trabaja al aire libre para que la gente observe su labor. Así ha ganado clientes fieles que lo recomiendan desde Culiacán hasta Los Mochis, Ciudad Obregón y Sonora.

Sabe que muchas personas regatean o no valoran el arte del tejido artesanal, pero también reconoce que hay quienes aprecian su trabajo y lo pagan con justicia.

“Mi trabajo está garantizado. Son 40 años de experiencia. A veces me dicen que otra persona cobra más barato, pero luego me llaman porque no les gustó cómo quedó. Yo sí valoro lo que hago”.


El mimbre o vejuco que utiliza Cirilo lo manda pedir desde la Ciudad de México, pues ya no se consigue en Culiacán. Viene importado de Japón, Filipinas y Alemania, y un kilo puede costar más de 1,500 pesos.

Desde hace cuatro décadas, este artesano queretano transforma con paciencia y amor el mimbre y bejuco en piezas que cuentan historias. Foto: Juan Madrigal
Desde hace cuatro décadas, este artesano queretano transforma con paciencia y amor el mimbre y bejuco en piezas que cuentan historias. Foto: Juan Madrigal

Le alcanza, en promedio, para entre 8 y 14 sillas, dependiendo del diseño y el tamaño. Aun así, muchos prefieren materiales más baratos que no ofrecen la misma durabilidad ni comodidad.

Cirilo lo dice claro: “Este trabajo es una verdadera obra de arte”. Y lo es. Porque no solo rescata objetos, rescata también una forma de vida, una identidad cultural, un oficio que está por desaparecer porque no se valora como merece.

¡Cirilo Dionisio transforma lo viejo en arte!

Seguro que alguna vez te ha tocado lidiar con un mueble antiguo y no sabes qué hacer con él o dónde colocarlo. Te contamos que los muebles antiguos para restaurar son una gran idea para darles una segunda vida y transformarlos en piezas decorativas tradicionales o vintage.

Cirilo Dionisio Félix nos enseña que restaurar un mueble es también revivir historias, hogares y el calor de la memoria. Foto: Juan Madrigal
Cirilo Dionisio Félix nos enseña que restaurar un mueble es también revivir historias, hogares y el calor de la memoria. Foto: Juan Madrigal

Y si estás en Culiacán o sus alrededores, el admirable artesano queretano te tiene la solución. Él puede devolverte ese mueble entrañable, como nuevo, con la calidad de un trabajo artesanal que no se encuentra fácilmente.

Porque lo que hace, más que un oficio, es arte en su máxima expresión. Con paciencia, dedicación y amor por su labor, Dionisio Félix no solo reconstruye muebles: revive fragmentos de historia, rescata la calidez del hogar y devuelve vida a los recuerdos que habitan en cada tejido.

Si quieres apoyar y darle vida a esta hermosa tradición, contacta a Cirilo al 644 153 2859. Valorar su dedicación sin regatear es honrar el alma de los oficios que nos unen. Foto: Juan Madrigal
Si quieres apoyar y darle vida a esta hermosa tradición, contacta a Cirilo al 644 153 2859. Valorar su dedicación sin regatear es honrar el alma de los oficios que nos unen. Foto: Juan Madrigal

En un mundo que avanza sin mirar atrás, Cirilo Dionisio Félix nos recuerda que existen manos que aún creen en la belleza de lo hecho a mano, en la memoria que se sienta, se toca y se conserva. Su arte no solo embellece, también conmueve.


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