A sus 80 años, don Roberto se sostiene con trabajo digno en sector Humaya, Culiacán
Sin pensión y con movilidad limitada, don Roberto Madrid mantiene su sustento vendiendo herramientas en Culiacán. Una historia de esfuerzo


A punto de cumplir 81 años, don Roberto Madrid continúa dando batalla a la vida en la colonia Infonavit Humaya. Aunque la diabetes le ha arrebatado parte de ambos pies —las falanges y el empeine— y la edad limita sus movimientos, no se permite quedarse de brazos cruzados.
“Me gusta hacer la luchita”, dice con una sonrisa serena. Y lo hace. Desde hace años, vende herramientas de segunda mano fuera de su casa o en las calles cercanas, en los alrededores del bulevar Diamante.
No tiene pensión, pero sí voluntad. Y eso, en su caso, pesa más que cualquier trámite burocrático.
Recuerda sus inicios en la albañilería
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Roberto trabajó más de cinco décadas en la albañilería. Empezó como peón a los 18 años, aprendiendo con su compadre Florentino Rodríguez, quien fue su mentor y compañero de vida. “Me decía: ‘Hazle así, compadre’, y yo le seguía. Después ya me dejaron levantar la pared solo”, recuerda con nostalgia.
Aunque sus hijos lo apoyan, don Roberto insiste en mantenerse activo. “No me gusta estar ocioso”, afirma con convicción.
Su esposa falleció hace siete años, y aunque en su momento no logró cotizar el tiempo suficiente para una pensión, hoy recibe seguro médico en el Issste y en el IMSS gracias al apoyo de su hija profesora y de su hijo policía, ya fallecido.
A pesar de adversidades, se mantiene activo
El negocio de la herramienta tiene una historia que arranca incluso antes de su discapacidad. Vendía periódicos en bicicleta por diversas colonias, y la gente le regalaba o vendía herramientas viejas.
Las acumulaba, las reparaba, y luego las ofrecía a precios accesibles. Así, pieza por pieza, ha armado un modesto pero digno sustento.
“Ya no puedo ir lejos, pero aquí tengo mis cosas”, dice mientras muestra el montón de cachivaches. Y ahí, entre llaves, pinzas y destornilladores, don Roberto sigue construyendo —no paredes esta vez— sino un ejemplo de resiliencia, dignidad y trabajo.