Doña Lety es una mujer que trabajó de intendente y hoy destaca en la cocina del Centro de Culiacán
Leticia Verdugo trabajó 25 años limpiando parques, hoy alimenta a medio Culiacán.

Leticia Verdugo Ramos, mejor conocida como doña Lety, es de esas mujeres que inspiran desde la primera palabra.
Con 55 años y una energía que parece inagotable, hoy es la dueña de una cocina económica donde se venden tacos de guiso, comidas del día y mucha calidez.
Una historia de lucha y esfuerzo
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Pero su historia va mucho más allá de una estufa o una cazuela. Es una historia de lucha, amor de madre y trabajo bien hecho.
Su mamá, Julieta Ramos, le enseñó desde niña a cocinar y a no tenerle miedo al trabajo. Y así lo hizo. Desde muy joven tuvo que buscarse la vida.
Primero, ayudando en casas particulares, donde muchas veces no le pagaban a tiempo.
"Planchaba, hacía comida, cuidaba niños, y a veces me quedaban mal. Pero si yo trabajaba era porque necesitaba", cuenta para Tus Buenas Noticias.
Una nueva oportunidad en la vida

Fue en uno de esos días duros que una vecina la vio cargando a sus dos hijos de la mano y le ofreció una oportunidad: trabajar en el Ayuntamiento. Y sin pensarlo, se presentó.
Aquel 17 de junio de 1996, una fecha que tiene bien grabada en la memoria, le dieron el trabajo. "No iba ni preparada, sin camisa de manga larga, sin cachucha… pero me dijeron: vente mañana. Y así empecé", recuerda entre risas.
Trabajó 25 años en el área de Parques y Jardines, limpió durante todos esos años la glorieta ubicada por Nicolás Bravo, al subir a Cañadas.
Un trabajo digno y honroso

Ahí trabajó recogiendo basura y regando plantas. Se jubiló hace cuatro años, pero eso no significó descanso, sino el inicio de un nuevo camino como emprendedora.
"Yo no me puedo estar quieta", dice doña Lety. Y es verdad. Al poco tiempo de jubilarse, comenzó vendiendo dulces, tortas y nachos en un pequeño espacio atrás del Ayuntamiento por la calle Paliza.
Era una cocinita pequeña, pero bien surtida. Ahí llegaban empleados de todas partes: de laboratorios, ópticas, farmacias y el mismo Ayuntamiento.
A todos los atendía con cariño y comida caliente. Su comida gustó tanto que se animó a crecer. Y así nació su cocina económica en la calle Escobedo, frente a la Secretaría de las Mujeres.
Un emprendimiento de sabor
Ahora tiene su propio local, bien montado, donde todos los días, desde las 7:30 de la mañana hasta las 3:30 de la tarde, se venden tacos, tostadas, gorditas, chiles rellenos, carne en chile colorado, cazuela, mole y desayunos por solo 80 pesos.
Y no solo es comida: es comida con alma. “Me levanto a las 4 de la mañana. Hago el lunch de mi hijo mayor y empiezo a preparar el menú del día”, explica. Y es que para doña Lety no hay descanso.
Sus hijos ya están grandes, pero sigue al pie del cañón. Uno de ellos, Francisco Javier, trabaja con ella en la cocina. Su hija Brenda también le ayuda cuando puede. Incluso su nieta, cuando no tiene clases, se pone a ayudar y gana sus primeros pesitos.
Un negocio familiar
Su esposo, ya jubilado también, apoya en el otro punto de venta, el que sigue operando por la calle Paliza. "Somos un negocio familiar. Aquí trabajamos todos", afirma con una sonrisa orgullosa.
A doña Lety no le asustan los madrugones ni el esfuerzo. Al contrario, le motivan. Porque cada taco que vende, cada platillo que sirve, es un paso más en la vida que ella ha sabido construir con trabajo, paciencia y corazón de madre.
Su historia merece ser contada. Porque no hay nada más poderoso que una mujer decidida a salir adelante por su familia. Y si algo ha demostrado doña Lety es que, con amor y constancia, se puede levantar un hogar… y también una cocina económica que se llena todos los días gracias a su sazón y a su entrega.
“A veces no damos abasto, gracias a Dios”, dice feliz. Y cómo no, si doña Lety no solo cocina, alimenta con cariño y deja una huella en cada plato.