El edificio del MASIN es la joya arquitectónica de Culiacán
Historia y evolución de un ícono cultural

En pleno centro histórico de Culiacán, a una cuadra de la plazuela Álvaro Obregón, se levanta uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. El Museo de Arte de Sinaloa, mejor conocido como MASIN. Pero antes de ser lo que hoy es, un espacio cultural, fue testigo directo del paso de la historia sinaloense.
La historia del Masin

Construido en 1837, este edificio comenzó siendo una casa consistorial, es decir, la residencia del obispo y los altos clérigos. Su arquitectura, con muros anchos, corredores amplios y un patio central que permitía el paso de la luz y el aire, reflejando los estilos coloniales propios del siglo XIX.
Aquí no solo se hospedaban figuras importantes de la iglesia, también se juró el refrendo de la Constitución de 1857, lo que convirtió al inmueble en un punto clave para la vida política del estado.
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De residencia oficial a sede del Poder del Estado

Con el paso del tiempo, el edificio cambió de rostro y de uso. Fue residencia oficial y sede del Palacio de los Poderes del Estado. En 1890, el arquitecto Luis F. Molina lo remodeló para adaptarlo como Palacio Municipal, y en su patio, se mezclaban el arte y el poder.
Sin embargo, como muchas joyas arquitectónicas, también pasó por momentos difíciles. En 1980, fue utilizado como sede de la policía municipal.
Un cambio en beneficio de la cultura

Fue hasta 1990 que, después de años de olvido, se decidió restaurarlo para transformarlo en lo que debía ser desde un inicio: un espacio para el arte. Así, el 21 de noviembre de 1991, se inauguró el MASIN.
Hoy, ese mismo edificio resguarda más de 400 obras, entre ellas piezas de grandes figuras como Diego Rivera, Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Dr. Atl, Lilia Carrillo y José Luis Cuevas.
¿Qué encontrar en el Masin?
No solo se trata de un museo que preserva lo mejor del arte mexicano moderno y contemporáneo, sino también de un espacio que apuesta por el arte emergente y por el diálogo entre generaciones y estilos.
Cada sala del museo tiene un carácter único: desde la Colección ISIC-MASIN, con su valioso acervo permanente, hasta la sala 12x12 que impulsa a nuevos artistas de todo el país.
También cuenta con la Sala de Arte Contemporáneo, la sala Nivel 5, biblioteca, cafetería, tienda y espacios para talleres, convirtiéndose así en un lugar vivo y en constante movimiento.
El MASIN no solo conserva arte, conserva historia. Su edificio es la muestra más clara de que los espacios también pueden evolucionar, transformarse y encontrar una nueva vocación. Lo que alguna vez fue símbolo del poder político y religioso, hoy es símbolo del poder del arte para reunir, cuestionar y emocionar.