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Fernando es el artesano de las guitarras que afina la vida con notas de pasión y oficio

Hace 22 años se encontró por “casualidad” con una nueva oportunidad de vida y su ingreso no ha dejado de sonar.

27 octubre, 2023
Fernando es el artesano de las guitarras que afina la vida con notas de pasión y oficio

Culiacán, Sinaloa.- Un día, mientras compartía momentos junto a una chimenea en Chihuahua, el destino cambió el rumbo de Fernando Ramírez García. Frente a una guitarra vieja y maltratada, en manos de alguien que pretendía arrojarla al fuego, Fernando intervino. Salvó la guitarra y, sin saberlo, comenzó un viaje apasionante en el mundo de la laudería.

Según platicó para Tus Buenas Noticias, esa guitarra rescatada de Creel, lo llevó a Paracho, Michoacán, donde encontró maestros en la reparación de guitarras o mejor conocidos como lauderos con décadas de experiencia. Aprendió el oficio y se dio cuenta de que su pasión estaba en la construcción y reparación de guitarras.

De regreso en Culiacán, Fernando abrió su modesto taller de laudería, un rincón donde la magia de las guitarras toma forma. Inicialmente, visitaba a músicos en la Francisco Villa y KZ4, poco a poco construyendo una clientela leal.

Con 22 años de dedicación a esta noble labor, Fernando ha convertido su pasión en su sustento. Su taller de guitarras “El Caifán" ubicado en el mero corazón de Culiacán por Rubí, entre Colón y Madero, es un refugio para amantes de la música y de la artesanía.

Para Fernando, la laudería no es solo un oficio, es una vocación que abraza con devoción. "Me apasiona esto de las guitarras", comenta con una sonrisa. Desde esa guitarra rescatada al borde de la hoguera, supo que había encontrado su camino.

La música corre en su sangre. Aunque en su familia no había músicos, sus hijos han heredado su amor por la guitarra. Fernando es testigo de cómo sus tres hijos también disfrutan de la música y algunos muestran un interés en la carpintería, un vínculo entre la madera y las guitarras que trasciende generaciones.

La construcción de una guitarra es un arte en constante evolución. Fernando utiliza una variedad de maderas, desde cedro hasta palo de rosa, creando instrumentos únicos con sonidos distintivos. Cada guitarra lleva aproximadamente un mes de trabajo, y la elección de la madera, especialmente la tapa armónica, influye en el sonido final, asegura con una voz de experiencia.

Reparar guitarras dañadas también es parte del oficio de Fernando. Cuando le traen instrumentos rotos y deshechos, él los ve como desafíos. Su objetivo es restaurarlos para que funcionen a la perfección, dejando apenas rastro de su antiguo estado.

Fernando se siente afortunado de tener el que considera "el mejor trabajo del mundo" porque para él no es un trabajo, es una pasión, dice entre risas cargadas de emoción.

Cada guitarra que crea o repara es una obra de amor, y eso se refleja en su compromiso con la artesanía y la música.

Con su taller de guitarras Fer continúa siendo un maestro laudero apasionado, dando vida a las melodías y a los sueños de músicos y amantes de la música en todo Sinaloa. A ritmo de las notas musicales Fernando “rasca” momentos de gratitud. En cada guitarra y en cada nota revive la música y hace sonar un ingreso para su bolsillo.

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