La escultura de un toro en San Fermín, obra de Demetrio Estrella, se ha convertido en un punto de referencia y orgullo para la zona
Por: Francisco Castro
En la entrada del fraccionamiento San Fermín, al norte de Culiacán, se alza una escultura que ha convertido a este sector en un punto de referencia: un toro de lidia que da identidad y orgullo a sus habitantes.
Este espacio residencial, ubicado cerca de Loma de Rodriguera, rumbo al relleno sanitario, ha crecido junto con la ciudad, consolidándose como un lugar atractivo para vivir.
Al ingresar, el visitante encuentra un parque bien cuidado, con circuito para ejercitarse, ciclovía y áreas de recreo, que se han vuelto centro de convivencia familiar en este espacio de más de dos décadas.
San Fermín, un espacio agradable
Flor, parte del equipo de limpieza del fraccionamiento, destaca que la pulcritud y el orden son clave para mantener ese ambiente acogedor: “Aquí la gente disfruta mucho del parque, lo cuidan, y eso hace que sea un espacio bonito para todos”, comenta para Tus Buenas Noticias, luego de una jornada de limpieza.
El toro de San Fermín, una escultura que desde lejos llama la atención de los transeúntes, es obra del escultor Demetrio Estrella, originario de Guasave y radicado en Culiacán desde 2010.
Con trayectoria en diversas disciplinas como el dibujo, la ilustración, la pintura y el muralismo, Demetrio reconoce que es en la escultura donde ha encontrado su mejor lenguaje artístico, y así lo demuestra en cada creación.
“La tridimensionalidad me permite expresarme con mayor libertad. En la escultura trabajas desde todos los ángulos, hay una conexión más profunda con el volumen y el espacio”, explicó en entrevista con Tus Buenas Noticias.
Una obra que representa fuerza y tradición
La pieza fue solicitada por los directivos del fraccionamiento como un emblema que dotara de personalidad al conjunto habitacional. La obra no solo representa fuerza y tradición, sino también el deseo de quienes ahí viven de contar con un símbolo propio.
Con el paso del tiempo, la escultura se ha convertido en un punto de encuentro y de referencia. Para quienes habitan San Fermín, no es solamente una figura de metal: es un recordatorio de la capacidad del arte público para fortalecer la identidad comunitaria.
Así, entre parques limpios, áreas verdes activas y la imponente presencia del toro de Demetrio, el fraccionamiento San Fermín se reafirma como un ejemplo de cómo la unión entre arte, espacio urbano y participación ciudadana puede transformar un sector en un lugar con alma.