Tacos El Cuñado impulsa el sabor tijuanense en Prados del Sol 2 con birria casera, quesabirrias jumbo y el esfuerzo familiar de José Francisco. Tres años de calidad, tradición y clientes que vuelven por más en el sur de Culiacán
Por: Francisco Castro
En la esquina del bulevar Pastizales, número 80197, a media cuadra de la calzada Las Torres, se percibe desde lejos el aroma de birria recién cocida y tortillas dorándose en el comal. Es el inconfundible olor de Tacos El Cuñado.
Se trata del negocio de Francisco José García Cota, un hombre que convirtió su gusto por la comida en un proyecto familiar y de vida.
Originario de la colonia 21 de Marzo y vecino del fraccionamiento Capistrano, Francisco cumple tres años al frente de su taquería.
“Empezamos con mucho esfuerzo y fe. Gracias a Dios ya cumplimos tres años”, cuenta con orgullo, mientras prepara una quesabirria jumbo, la especialidad de la casa.
Una historia que comienza en Tijuana
La historia de Tacos El Cuñado comenzó en Tijuana, donde Francisco tuvo su primera taquería. Sin experiencia previa, contrató a un taquero que, sin saberlo, se convertiría en su maestro.
“Aprendí viéndolo. Un día me animé a hacer la birria yo mismo… y me salió buena”, recuerda entre risas.
Desde entonces, ha ido perfeccionando su receta, mezclando el estilo tijuanense con su toque personal.
Hoy, su menú ofrece una amplia variedad: tacos, quesatacos, pellizcadas, y la famosa quesabirria de harina “jumbo”, que es ya una insignia en la zona.
El negocio abre de jueves a lunes, de 7:30 de la mañana a 2 de la tarde. Los martes y miércoles, Francisco descansa, aunque “descansar” es relativo para un hombre que vive entre la sazón, la familia y el béisbol.
Una familia beisbolera
“Mis tres hijos son beisbolistas”, cuenta con una sonrisa. “El más chico tiene cinco años, el otro siete y el mayor diez. Juegan en la Liga Tres Ríos. A raíz de ellos, yo también empecé a jugar softball. No sabía nada del deporte, pero me animé por ellos”.
Su esposa, Diana Lizárraga, es su compañera inseparable desde hace 25 años —17 de matrimonio y siete de noviazgo— y su mano derecha en el negocio.
Los fines de semana, cuando el movimiento crece, contrata jóvenes que lo ayudan a atender mesas y repartir pedidos a domicilio.
“Ha sido difícil, las ventas bajaron mucho, pero seguimos firmes. La clave es la constancia y cuidar la calidad”, dice convencido para Tus Buenas Noticias.
Sus clientes, fieles y nuevos, lo recomiendan con entusiasmo, algunos incluso llegan desde otras colonias solo para probar su birria.
Deleitar a sus clientes es la mayor satisfacción
Para Francisco, la mayor satisfacción no está en el dinero -pues es un negocio humilde-, sino en ver a sus clientes disfrutar cada plato.
“En tres años nunca he visto que alguien deje comida en el plato. Eso me llena de alegría. Significa que estamos haciendo las cosas bien”, asegura.
Entre el aroma a birria, el bullicio de las mañanas y la sonrisa de los clientes, Tacos El Cuñado se ha convertido en más que un negocio: es el reflejo del esfuerzo, la unión familiar y el amor por lo bien hecho. Un trabajo honesto con sabor a paz.