Con 24 años de experiencia panadera, Rodrigo Vega sigue trabajando con dedicación en el sector Bugambilias, donde cada día ofrece pan tradicional mientras enfrenta con fuerza los retos de salud que marcaron su vida
Por: Victoria Herrera
Rodrigo Vega Ríos nunca imaginó que aquel oficio que aprendió junto a su madre se convertiría en su destino. Mucho menos pensó que una enfermedad cambiaría su ritmo de vida, obligándolo a dejar la producción pesada para continuar ahora en la vendimia diaria.
Lo suyo, al principio, era la mecánica. “Estaba sentado esperando a que me cayeran clientes y no llegaban”, recuerda. Hasta que su mamá lo animó con una frase que no olvida: “Ven, córtate unas leñas… te voy a hacer unos panes para que vendas y saques para la gasolina.”
Aquellos primeros 2 kilos de harina se vendieron sin que él alcanzara a salir a ofrecerlos. Los clientes llegaban solos, cuenta. Al día siguiente hicieron 10 kilos, y pasó lo mismo.
Finalmente, decidió cerrar el taller y dedicarse completamente al pan. Así nació una panadería familiar que llegó a producir hasta una tonelada de harina diaria, con un equipo de más de 20 personas trabajando desde las 3 de la mañana.
Hoy, debido a dos infartos y una larga recuperación, ya no puede trabajar como antes. “Un año en la cama… pensé muchas cosas”, confiesa.
Pero su familia —sus hijos, sus nietos, su madre y su hermano que ahora opera la panadería— han sido su motor para mantenerse de pie. “Tengo hijos… ellos me motivan. La vida sigue y hay que hacerle la lucha.”
Rodrigo llega cada día a vender con alma y corazón el pan de mujer enfrente de la Unidad del IMSS en el sector Bugambilias, con su mesa de venta, su sombrilla y una sonrisa paciente.
Entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde ofrece lo que él mismo describe como “el mejor pan de la región”: empanadas de calabaza, pan de mujer, piezas de cajeta, piloncillo, limoncillo, arándanos con miel, Filadelfia y tortillas recién hechas. Los favoritos son las empanadas de calabaza.
Hace 24 años que empezó este camino, y aunque hoy camine con más calma, su historia sigue siendo de trabajo, dignidad y resiliencia.
La misma que quiere compartir con quienes pasan por momentos difíciles. Con su trabajo honesto pone el sabor del pan sinaloense en el sector Bugambilias.
“A todos aquellos que están pasando dificultades, les digo que no se rindan… la vida sigue, y siempre hay algo por qué luchar.” , finaliza con emoción.
Productos que vende Rodrigo
Empanadas de calabaza
Pan de mujer
Piezas de cajeta
Piezas de piloncillo
Pan de nutella
Pan con arándanos y miel
Pan con Filadelfia
Conchas