María Valentina gana concurso de cuentacuentos con 'El Ajolote de Xochimilco'

Conoce la historia de María Valentina, la niña de 8 años que demuestra su talento como narradora

Por: Jacqueline Sánchez Osuna

Con apenas ocho años, María Valentina Rodríguez Barraza ya sabe lo que es ponerse de pie frente a un público, narrar una historia creada por ella misma y escuchar que su nombre es llamado como ganadora.

"Me gusta que me digan María Valentina… completo", dice con una seriedad que contrasta con la sonrisa traviesa que asoma cuando recuerda su hazaña.

Una estudiante dedicada

María Valentina estudia en la primaria Prof. Ruperto Verdugo Palazuelos en Aguaruto y es una niña dedicada. Fotos: Lino Ceballos.

Estudia en la primaria Prof. Ruperto Verdugo Palazuelos, en Aguaruto, Culiacán. Este verano vivió sus vacaciones, después de escuchar "el último timbre" que la llevó de segundo a tercero de primaria.

Pero antes de guardar sus cuadernos, escribió y contó una historia que le dio el primer lugar en el concurso de Cuenta cuentos Narrarte: Voces y Sueños en el Papel, en la categoría de primer y segundo grado. Su cuento se llama "El Ajolote de Xochimilco".

La idea nació casi por accidente:

"Antes me daban miedo los ajolotes… pero luego me dio ternurita su carita. Después me dio tristeza porque están en peligro de extinción", cuenta con un tono que mezcla ingenuidad y conciencia ambiental.

Aunque al principio pensaba participar con otra historia "El Gran Poder de la Amistad", decidió cambiar de rumbo cuando notó que no cumpliría el límite de tiempo.

"Lo cambié al ajolote y lo seguí remodelando, remodelando…", dice orgullosa para Tus Buenas Noticias.

Motivada para participar y ser una pequeña cuenta cuentos

Desde el día que anunciaron el concurso, María Valentina decidió participar.

La maestra Rosy, su maestra de grupo, fue quien anunció el concurso. María Valentina no lo dudó: "Yo quiero", pensó. Desde entonces, su casa se llenó de ensayos. Tanto practicó, que terminó soñando con ajolotes. Y aunque confiesa que "una vez, en un ensayo, casi me desmayo… de hambre", no se rindió.

El esfuerzo valió la pena cuando subió al escenario del auditorio de la UPES y conquistó al jurado.

En la escuela ahora la llaman "Ajolotita" y, lejos de incomodarle, lo dice con orgullo. Vive en Aguaruto junto a su mamá Roxana Barraza y recuerda con amor a su papá Rodolfo Rodríguez Leyva.

Es hija única, pero pasa tiempo con sus primas, entre juegos, tabletas y tardes lluviosas que le gusta contemplar desde su casa. A futuro, no sueña con ser escritora ni maestra, aunque admira a sus docentes.

Ella quiere ser "diseñadora". Eso sí, si algún día vuelve a participar en otro concurso, será con más calma: "Fue muy pesado, pero ganar se siente bien… sí vale la pena", reconoce.

María Valentina aprendió que para alcanzar un logro hay que poner esfuerzo, incluso si en el camino hay nervios, cansancio o hambre. Como ella misma demostró, cuando algo se hace con amor, el resultado siempre deja huella.