El FMI prevé un crecimiento moderado para América Latina en 2026 y llama a reforzar la política fiscal, la productividad y las instituciones para sostener el desarrollo regional
Por: Francisco Castro
El Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó en octubre su más reciente análisis sobre las economías del Hemisferio Occidental, donde reconoce la resiliencia de América Latina y el Caribe durante 2025, aunque anticipa un ritmo más moderado de crecimiento en 2026.
En su informe “Navigating a Shifting Global Environment”, el FMI destaca que México ha conservado estabilidad económica y financiera, pese a los retos globales y a las presiones fiscales internas, mientras llama a toda la región a reforzar sus cimientos estructurales para sostener el desarrollo.
Una región que resiste, pero necesita impulso
El FMI señala que América Latina mantiene un desempeño sólido frente a la incertidumbre global. Los mercados laborales se mantienen firmes y la inflación sigue descendiendo, aunque más lentamente de lo previsto.
El crecimiento regional cerrará 2025 con 2.4%, impulsado por las exportaciones y el consumo, pero se prevé una ligera desaceleración a 2.3% en 2026, conforme el comercio internacional pierda dinamismo.
“La región resiste, pero requiere políticas firmes para evitar perder impulso”, destaca el informe.
Claves regionales:
- Inflación en descenso, pero aún por encima de los objetivos en algunos países.
- Deuda pública sin estabilizar, lo que limita el margen fiscal.
- Productividad y competitividad, los grandes retos de fondo.
México: estabilidad con espacio para reformar
México sobresale entre las principales economías latinoamericanas por su capacidad de mantener el equilibrio entre crecimiento, inflación y empleo. El FMI estima un avance de alrededor del 2% en 2025, similar al promedio regional, con una inflación que se aproxima gradualmente a la meta del Banco de México.
La institución reconoce el impacto positivo del nearshoring, que está fortaleciendo las exportaciones y atrayendo inversiones, aunque advierte que el país debe acelerar su consolidación fiscal y aprovechar el contexto global para impulsar la productividad y la innovación empresarial.
El informe también identifica áreas de mejora: las políticas tributarias que incentivan la informalidad y los límites en el acceso al crédito aún frenan el crecimiento de las empresas más productivas.
En resumen:
- México mantiene estabilidad y confianza de los mercados.
- El nearshoring representa una oportunidad histórica de desarrollo.
- La sostenibilidad fiscal y la productividad serán claves para el futuro.
Desafíos compartidos
El FMI advierte que la región enfrenta riesgos a la baja en su crecimiento debido a las tensiones comerciales, la volatilidad financiera y los niveles de endeudamiento. Sin embargo, enfatiza que los países con instituciones fuertes y políticas fiscales prudentes están mejor preparados para resistir los choques externos.
Además, subraya la necesidad de mejorar la asignación de recursos y fortalecer la competencia en los mercados, como vía para elevar la productividad y el bienestar.
Prioridades para América Latina y México:
- Mantener la independencia de los bancos centrales.
- Reforzar la disciplina fiscal y estabilizar la deuda.
- Promover la competencia, la formalidad y la innovación.
- Fortalecer las instituciones públicas para generar confianza y estabilidad.
Un llamado a construir sobre lo logrado
El FMI reconoce los avances logrados por México y por varias economías de la región en estabilidad y control de precios. No obstante, insiste en que la oportunidad de transformar el crecimiento en desarrollo sostenible no puede postergarse.
“El crecimiento se estabiliza, pero no despega; la inflación cede, pero lentamente. Ahora es momento de consolidar las bases de una economía más productiva y equitativa”, concluye el informe.