Inversión extranjera en México: avance histórico y desafíos

En 2024, México alcanzó su mayor nivel de inversión extranjera en más de una década, según la CEPAL; con récord en manufactura y servicios, el reto es transformar la IED en empleos de calidad

Por: Francisco Castro

El informe 2025 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la Inversión Extranjera Directa (IED) coloca a México en el centro del debate regional.

En 2024, el país recibió 45 mil 337 millones de dólares, un incremento de 48% respecto al año previo y su cifra más alta en más de una década.

La posición privilegiada de México como receptor de Inversión Extranjera Directa (IED) obedece a que las empresas mexicanas se mostraron especialmente activas, particularmente Grupo PISA, el Grupo Bimbo y Arca Continental. Infografía elaborada por José Ángel Arias.

Este resultado convierte a México en el segundo mayor receptor de IED en América Latina, sólo detrás de Brasil, y confirma la confianza de los inversionistas internacionales en la economía mexicana.

Sin embargo, el reporte también subraya que el reto ya no es atraer capital, sino transformarlo en motores de desarrollo sostenible.

Luces: dónde avanza México

  • Dinamismo en manufactura. Más de la mitad de la IED se dirigió a este sector, con un desempeño sobresaliente en la fabricación de transportes (+35%). Este impulso refuerza la posición del país en las cadenas de valor vinculadas a Norteamérica.
  • Servicios en crecimiento. El 42% del flujo se destinó a servicios, especialmente telecomunicaciones y centros de datos, sectores clave para la digitalización.
  • Proyectos estratégicos. El megaproyecto de gas natural licuado en Sonora y los anuncios por 7 mil millones de dólares en centros de datos confirman el atractivo de México como hub energético y tecnológico.
  • Diversificación de socios. Aunque Estados Unidos sigue siendo el principal inversionista, Japón y Alemania han aumentado su presencia, ampliando las opciones de cooperación.

Sombras: dónde falta avanzar

El 63% de los recursos que llegaron a México corresponden a reinversión de utilidades, mientras que solo 9% fueron nuevos aportes de capital. Este patrón refleja solidez en las empresas ya instaladas, pero limita la creación de nuevos empleos, innovación tecnológica y encadenamientos locales.

Además, según el reporte, la fuerte caída en minería (-83%) revela la necesidad de replantear cómo se aprovechan los minerales críticos. La oportunidad no está solo en extraer, sino en procesar y generar valor agregado.

Oportunidad para un salto cualitativo

La CEPAL es clara: México tiene una oportunidad histórica para convertir la IED en un motor de desarrollo transformador. Para ello, propone políticas que alineen la atracción de capital con metas de largo plazo: infraestructura confiable, formación de talento técnico, incentivos condicionados a contenido local y alianzas público-privadas para fortalecer cadenas de valor.

En conclusión, México ha dado un paso firme al consolidarse como uno de los principales destinos de IED en la región. El siguiente paso es aún más ambicioso: transformar esas inversiones en innovación, empleos de calidad y diversificación productiva. 

El capital está llegando; ahora toca hacerlo trabajar a favor del desarrollo sostenible.