El papel picado es más que un adorno: en el Día de Muertos simboliza lo efímero de la vida. Su elaboración artesanal en lo convierte en un patrimonio cultural único que llena de color y tradición los altares en México y el mundo. Aquí te damos más detalles de este elemento
Por: Mariana Elías
El papel picado es uno de los elementos más representativos de las ofrendas de Día de Muertos en México. Sus colores vibrantes y figuras recortadas llenan de vida los altares, transmitiendo alegría y simbolismo en esta tradición ancestral.
Esta artesanía, que combina arte y tradición, es un ejemplo de cómo los mexicanos honran a sus seres queridos a través de la creatividad y el respeto por las costumbres. Cada pieza de papel picado está hecha a mano, con paciencia y dedicación, convirtiéndolo en un símbolo de identidad cultural que ha trascendido generaciones.
En esta nota conocerás el significado del papel picado en el Día de Muertos, cómo se elabora y cuál es el estado de México que ha mantenido viva esta tradición artesanal reconocida a nivel mundial.
Origen del papel picado utilizado en las ofrendas de Día de Muertos
El origen del trabajo del papel proviene de la cultura china (el nombre del papel que se usa es, precisamente, papel de China) y fue trabajado en Europa desde el siglo XVI con el nombre de papel cortado. Y en México fue utilizado por peones en el siglo XIX.
Entre estos productos se encontraba el papel de China. Con su habilidad, creatividad y destreza, los pobladores de Huixcolotla, además de las labores inherentes al campo, trabajaron este papel hasta lograr una verdadera artesanía poblana: el papel picado.
Durante la época prehispánica, en las ofrendas o altares de Día de Muertos solían colocarse representaciones hechas en papel amate que aludían a las deidades de los elementos naturales (lluvia, tierra, etcétera), de la agricultura y del Mictlán.
Actualmente, esas figuras han sido sustituidas por motivos alegóricos, así como por la representación misma de los fieles difuntos y que son plasmados en el papel picado.
El simbolismo del papel picado en las ofrendas de Día de Muertos
El papel picado representa el elemento del aire dentro de la ofrenda del Día de Muertos. Se cree que, al moverse con la brisa, simboliza la presencia de los difuntos que visitan a sus seres queridos en estas fechas.
Los colores del papel picado tienen también un significado importante:
- Blanco: La pureza de los niños fallecidos
- Negro: El inframundo. No se recomienda usarlo en la ofrenda de Día de Muertos
- Naranja: Luto y respeto por los muertos. Se cree que este es el único color que los difuntos pueden identificar y que el resto de los colores son grises, por ello es infaltable en la ofrenda
- Morado: Representa a la iglesia católica
- Azul: Fallecidos a causa del agua (ahogamientos)
- Rojo: Mujeres que murieron durante el parto u hombres que fallecieron en la guerra
- Verde: Muertos jóvenes
- Amarillo: Adultos mayores fallecidos
- Rosa: Nuestro país
Además, los diseños varían desde calaveras y catrinas hasta flores y cruces, todos con un mensaje especial relacionado con la muerte y la vida. Colocar papel picado en el altar no solo adorna, sino que también cumple una función ritual de respeto y bienvenida a las almas.
En qué estado de México se fabrica y mantiene viva esta tradición
El estado más reconocido por la producción de papel picado es Puebla, especialmente en el municipio de San Salvador Huixcolotla, considerado la cuna de esta artesanía. En esta localidad se produce el papel picado más tradicional y de mayor calidad, elaborado por familias que han mantenido viva la técnica por generaciones.
Los talleres de Huixcolotla son visitados cada año por turistas y compradores que buscan piezas auténticas para altares y celebraciones. En estas comunidades, la fabricación de papel picado no solo es una tradición cultural, sino también una fuente de sustento económico que se fortalece cada Día de Muertos.
Gracias a este trabajo artesanal, el papel picado ha trascendido fronteras, siendo utilizado en festividades mexicanas en todo el mundo. Su importancia en los altares se originó en Puebla y su simbolismo lo convierte en uno de los elementos más representativos de la identidad mexicana.