Kate Raworth: Reimaginemos el progreso
Todo estará mejor cuando el PIB crezca… ¿será verdad? ¿O es mejor que diseñemos un modelo económico de prosperidad, crezca o no la economía?
El crecimiento económico tiene límites, no es infinito. Este es uno de los planteamientos de la nueva economía que tiene entre sus expositoras más destacadas a Kate Raworth, economista inglesa de las universidades de Oxford y Cambridge, creadora de la teoría económica de la rosquilla.
Y claro está, es una tesis que causa escozor, pues la doctrina de la primacía del crecimiento económico perenne la tenemos programada en lo más recóndito de nuestras sinapsis.
Ya sea que se está favor o en contra, lo cierto es que los pilares del pensamiento económico tradicional están en revisión, por lo que tenemos que estar informados e informadas, al menos, de qué es lo que se discute en el mundo de las ideas.
Para seguir promoviendo el nuevo paradigma económico, Raworth publicó el 13 de mayo el texto ¿Cómo es el progreso en un planeta al límite? en The Guardian.
Abordemos un par de puntos de este artículo que resume someramente algunos de los postulados de la Economía Rosquilla.
La insostenibilidad del crecimiento sin fin
Por principio de cuentas, Raworth cuestiona la noción tradicional de progreso basada en el crecimiento económico infinito, medido en México y muchos países con el Producto Interno Bruto. El famoso PIB.
Durante el Siglo XX, dice, esta idea de crecimiento perpetuo se aceptó como el camino a la prosperidad, tanto para individuos como para naciones enteras.
Sin embargo, la economista señala que esta promesa no se ha cumplido, y los problemas que enfrenta la humanidad, desde la pobreza hasta la crisis ambiental, no pueden resolverse simplemente a través de un mayor crecimiento económico.
Detengámonos un momento a recordar. Si nos fijamos bien, al menos desde hace 30 años venimos escuchando que el PIB de México no crece significativamente, por lo que se ha convertido en una justificación de las crisis sociales que vivimos. Incluso, es casi una promesa religiosa: “Todo estará mejor cuando el PIB crezca”.
En datos, el PIB per cápita ha sido prácticamente el mismo en los 15 años recientes. De 2008 a 2022 ha fluctuado entre los 9 mil y 10 mil dólares.
Por esto es por lo que Raworth y otros exponentes de la nueva economía impulsan el cambio de paradigma. Liberarnos de la primacía del PIB y, en su lugar, adecuarlo a un fin mayor: la prosperidad de todas las personas.
Tenemos que reconocer, entonces, no debemos esperar la llegada del tren del crecimiento económico, porque si es infinito, pues no arribará al destino.
“Aunque podemos apreciar fácilmente los límites del crecimiento en el mundo vivo, cuando se trata de nuestras economías, lo pasamos más difícil. Gracias a la disponibilidad de energía barata basada en combustibles fósiles en el siglo XX, el rápido crecimiento económico pasó a considerarse normal y natural, incluso esencial”, escribe la economista.
“Su continuación durante muchas décadas condujo a la creación de diseños y políticas institucionales –desde la creación de crédito hasta los dividendos de los accionistas y los fondos de pensiones– que dependen estructuralmente del crecimiento sin fin. En otras palabras, hemos heredado economías que necesitan crecer, nos hagan prosperar o no”.
Redefinir el progreso hacia un bienestar sostenible
La propuesta de Raworth es reimaginar el progreso no como un crecimiento interminable, sino como un equilibrio dinámico que satisfaga las necesidades esenciales de todas las personas mientras protege los sistemas vitales del planeta. Esto implica crear economías que permitan prosperar a las personas independientemente de si crecen o no.
“El desafío es crear economías que nos permitan prosperar, crezcan o no”, plantea.
Un enfoque central en esta nueva visión es la reducción de la desigualdad. Raworth sugiere que abordar la desigualdad no sólo mejora la satisfacción con la vida, sino que también contribuye a reducir la huella ecológica de lo países. La concentración de riqueza y poder en manos de unos pocos puede distorsionar la formulación de políticas y mantener un sistema que beneficia a los ya ricos.
Para generar bienestar social y ecológico, Raworth aboga por una economía regenerativa y distributiva por diseño. Esto incluye, por ejemplo, transformaciones industriales de bajas emisiones de carbono y cero residuos, empleos verdes garantizados, transporte público gratuito, asignaciones personales de carbono e impuestos progresivos sobre el patrimonio.
“En lugar de perseguir un crecimiento sin fin, es hora de buscar el bienestar para todas las personas como parte de un mundo próspero, con políticas diseñadas al servicio de este objetivo”, defiende.
“Esto da como resultado una concepción muy diferente del progreso: en lugar de un crecimiento sin fin, buscamos un equilibrio dinámico, que apunte a satisfacer las necesidades esenciales de cada persona y al mismo tiempo proteger los sistemas que sustentan la vida en nuestro hogar planetario. Y dado que somos herederos de economías que necesitan crecer, nos hagan prosperar o no, un desafío crítico en los países de altos ingresos es crear economías que nos permitan prosperar, crezcan o no”.
Kate Raworth nos invita a repensar la forma en que medimos y perseguimos el progreso, moviéndonos hacia una economía que priorice el bienestar y la sostenibilidad sobre el crecimiento infinito.
Te invito a leerla y profundizar en su planteamiento. Su libro es Economía Rosquilla: 7 Maneras de la Economía del Siglo XXI. Disponible en Kindle, Mercado Libre y Librería Gandhi.
