Nancy Peña pone en la cancha de juego a 1,200 hijos de jornaleros

Su pasión por el futbol le permite organizar torneos para jornaleros agrícolas en las sindicaturas de Villa Juárez, La Palma y Costa Rica.

Nancy Peña Beltrán tiene pasión por le futbol, pero no le entusiasman tanto sus goles. Lo que más le quebranta el corazón y le motiva en la vida es la sencillez y la sonrisa de los niños del campo después de un encuentro deportivo. Ella pone en la cancha de juego a más de 1,200 hijos de jornaleros.

Nancy fue futbolista profesional en el equipo de “Doradas”. Tiene 6 años como coordinadora deportiva. Lo más intenso lo vive durante la zafra de hortalizas, de noviembre al mes de abril, cuando cientos de miles de jornaleros agrícolas están en los campos legumbreros del Valle de Culiacán y Navolato. De juego en juego pasa los días en los campos agrícolas de Villa Juárez, La Palma y Costa Rica, con un hervidero de niños pateando un balón.

Esta temporada agrícola no le fue tan bien, apenas pudo poner en la cancha de juego a 1,200 niños y jóvenes hijos de jornaleros, y jornaleros agrícolas adultos, porque antes de la pandemia movía hasta 2 mil 200 jugadores. Todos detrás de un balón, todos en busca de meterle los mejores goles a la vida mediante una disciplina deportiva.

Lee también: Del Campo Gobierno a la Sindicatura Licenciado Benito Juárez

En esta temporada hortícola Nancy Peña coordinó 72 equipos de futbol categoría libre, 14 equipos de categoría juvenil, 16 equipos de categoría infantil y 8 equipos de categoría femenil. No le falta energía para atenderlos a todos, porque después de los partidos se va a ejercitarse al CrossFit “para cerrar la jornada”, dice con toda naturalidad.

Nancy Peña Beltrán, nació en la comunidad serrana de Jesús María, municipio de Culiacán. Estudió la preparatoria en el Cobaes 26, y cursó una licenciatura en Cultura Física, en la UAS. Después de graduada trabajó en la misma universidad por 6 años, como entrenadora de futbol en escuelita de niños.

Lee también: Periódico Tus Buenas Noticias Villa Juárez abril 2022

Pero dice que su verdadero renacer en el balonpié lo tuvo cuando la invitaron a trabajar como coordinadora deportiva en la organización civil Profamilia de Jornaleros IAP, que a su vez es respaldada por la Asociación de Agricultores del Río Culiacán.

Ahí empezaron sus días plenos. Cada año trabaja con miles de niños y jóvenes, que jugando tienen su primera experiencia de socialización. Dice Nancy que al principio los niños hijos de jornaleros “entran muy tímidos, casi no hablan y algunos hablan otras lenguas nacionales, pero conforme van tomando confianza el juego les abre las puertas para hacer amistades y grandes celebraciones en cada encuentro, aunque pierdan el partido”.

“Lo que más me gusta es la felicidad, las sonrisas de los niños que muestran cuando termina el juego, verlos contentos y felices con lo que han vivido, eso me quebranta y es por lo que vale la pena trabajar. Todos son personas muy humildes de carácter, y también con muchas necesidades, pero ya en confianza son muy humanos y sencillos. Mis padres me enseñaron a respetar y ayudar a las personas necesitadas, y aquí los entreno y me devuelven mucha pasión”, afirma con gran satisfacción.

Su trabajo consiste en: coordinar las ligas de futbol, lanzar las convocatorias, hacer el rol de juegos, generar la cédula de inscripción, llevar las estadísticas de juegos, programar los encuentros y asegurarse que todos los equipos jueguen.

De noviembre al mes de abril desarrolla las 15 jornadas de equipos, coordina los cuartos de final, los lleva a las eliminatorias y a la final. En esos meses ya se han corrido cientos de kilómetros tras el balón y se han desparramado millones de sonrisas en la algarabía. “porque los niños del campo son diferentes, celebran los triunfos y las derrotas sin renegar y patalear. No ves adultos discutiendo, aquí todo es diferente”, afirma con gratitud.

En los campos de Villa Juárez, La Palma y Costa Rica, en cada temporada agrícola hay miles de jugadores pateando un balón. Trabajando en el campo los jornaleros se llevan la ganancia; pero de las canchas se llevan el corazón de Nancy Peña, que les reparte felicidad en cada juego.