Construyendo Paz enciende un "Faro de Luz" en Culiacán
El Primer Foro de Paz de Construyendo Paz destaca la unión por la armonía en Culiacán.

En medio de tiempos complejos, donde hablar de paz a veces parece un lujo, un grupo de ciudadanos decidió encender una chispa de esperanza en Culiacán.
Bajo el nombre de “Faro de Luz”, Construyendo Paz celebró su Primer Foro de Paz 2025.
Un espacio que fue mucho más que un evento: se convirtió en un encuentro humano donde las voces de mujeres, hombres, jóvenes, niñas y niños coincidieron en algo esencial: la paz es posible si la construimos juntos.
El foro mostró resultados de esfuerzos colectivos en infraestructura, educación, cultura y participación ciudadana. Pero sobre todo, dejó claro que los cambios no nacen de discursos fríos, sino de la voluntad de una sociedad que se niega a perder la esperanza.
Transformar espacios, transformar vidas

Uno de los momentos más emotivos fue la participación de Lilia López Ceniceros, representante de la IAP Parques Alegres, quien habló de cómo los parques son más que áreas verdes: son puntos de encuentro que dan seguridad y pertenencia a las familias.
Con convicción, expresó:
“Hay que trabajar mucho y juntos; este es un muy buen momento para multiplicar nuestro impacto y trabajar por un Culiacán más pacífico”.
Sus palabras recordaron que rescatar un parque es también rescatar la confianza de los vecinos, el juego de los niños y la tranquilidad de los adultos mayores.
Educar para la paz desde las aulas

En el ámbito educativo, la doctora Alma Bernal, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, presentó los avances en programas como el Diplomado en Construcción de Paz desde los Derechos Humanos.
Con sinceridad, reconoció:
“Formar agentes de paz no es solo enseñar conceptos, es despertar en los jóvenes la capacidad de sentir empatía, de resolver conflictos y de mirar la vida con responsabilidad social”.
Agregó que la Unidad de Bienestar Universitario se ha convertido en una aliada fundamental en este gran acuerdo de paz, porque más allá de los títulos y programas, lo que se busca es humanizar la educación.
La paz también se juega: Pazlandia

El foro también abrió espacio a la cultura y la innovación social con la presentación de Pazlandia, una iniciativa que enseñó a niñas y niños a ver la paz como un estilo de vida, a través del arte, las matemáticas, el deporte y la responsabilidad social.
Un abuelo que asistió con sus nietos compartió emocionado:
“Mi nieto me dijo: ‘abuelito, la paz es como cuando jugamos sin pelear’. Eso vale todo… ver que ellos lo entienden jugando, me hace creer que este camino tiene futuro”.
Ese testimonio arrancó aplausos y sonrisas, porque mostró que la paz no es teoría: es algo que puede transmitirse de generación en generación.
El poder de contar lo bueno

Otro de los invitados especiales fue Juan Pablo Ramírez, director de Tus Buenas Noticias, quien habló sobre la comunicación positiva como herramienta de cambio.
Con firmeza, expresó:
“Contar las cosas extraordinarias de la gente buena y lo que está pasando en nuestra ciudad se logra centrándose en las personas… porque lo bueno también construye seguridad y confianza”.
Su propuesta recordó a los presentes que las palabras pueden sanar, y que la narrativa que elegimos como sociedad también influye en el tipo de comunidad que queremos construir.
Las Estrellas del Mañana

Uno de los momentos más esperanzadores fue el reconocimiento a las “Estrellas del Mañana”, niñas, niños y adolescentes que ya están marcando la diferencia en participación ciudadana y arte.
Ahí estuvieron Carlos Eduardo y María José García Madrid, Jade Mirada Mercado Valenzuela y Carlos Ramón Mercado Valenzuela, reconocidos por su involucramiento comunitario; y en el ámbito artístico, Andrea y Natalia Leyva Sotelo, Janice Adirel Pérez Noriega y Mila Montoya Sato.
Una de las madres dijo con orgullo:
“Cuando mi hija baila, lo hace con sentimiento, transmite paz. Y verla reconocida aquí es saber que lo que hacemos como familia tiene sentido”.
Un compromiso colectivo
El foro cerró con un mensaje claro: la paz en Culiacán no se decreta, se construye día a día, con la suma de voluntades, la empatía y la participación de toda la sociedad.
La invitación de Construyendo Paz es contundente: “Unamos voluntades. Caminemos juntos hacia un Sinaloa donde la paz no solo sea un deseo, sino una realidad cotidiana”, dijo Othón Herrera, director Operativo de Construyendo Paz.
El Foro Faro de Luz fue, más que un evento, un espejo donde la sociedad de Culiacán pudo mirarse y descubrir que la paz tiene muchas formas:
- Un parque limpio,
- Un niño que juega sin miedo,
- Una estudiante que defiende derechos,
- Un periodista que cuenta lo bueno.
En ese encuentro se encendió una certeza: cuando la comunidad se une, la paz deja de ser un sueño lejano y se convierte en una meta alcanzable.
“La paz somos nosotros, cuando decidimos mirar al otro con respeto y tender la mano”.