Altata se llena de armonía con concierto de la Banda Militar
La Banda de Música de la Tercera Región Militar ofreció un emotivo concierto en el malecón de Altata como parte de las Jornadas por la Paz.
En medio de un atardecer tranquilo, el malecón de Altata se convirtió en escenario de una velada musical poco común pero muy emotiva.
La Banda de Música de la Tercera Región Militar del Ejército Mexicano ofreció un concierto abierto al público, como parte de las Jornadas por la Paz promovidas por el Gobierno de México.
¡Recibe las últimas noticias!
Una presentación especial
Los músicos no escatimaron esfuerzo y deleitaron a quienes se dieron cita con un repertorio que recorrió distintas épocas y emociones.
Desde el majestuoso “Ballet Egipcio”, del compositor francés Alexandre Luigini, hasta la vibrante “Marcha Jalisco”, que levantó los ánimos con su esencia nacionalista, cada obra fue interpretada con disciplina y pasión.
“Nos sentimos muy contentos de poder traer este tipo de conciertos a lugares como Altata. Nuestra misión también es acercar la cultura y los valores a la gente”, compartió uno de los integrantes de la banda, minutos antes de iniciar el espectáculo.
Durante la presentación también se interpretó “Elodia”, una pieza compuesta por Luis Gonzaga Jordá durante el Porfiriato, que destacó por su elegancia y ritmo.
Un recorrido de conciertos para generar paz
Esta agrupación, perteneciente a la sede militar de Mazatlán, ya ha recorrido otros municipios como Guamúchil, Los Mochis y Juan José Ríos, llevando música en vivo a diferentes regiones de Sinaloa.
La creación de las bandas de música en el Ejército Mexicano se remonta a julio de 2014, durante el mandato del ex presidente Enrique Peña Nieto. Desde entonces, estas agrupaciones no solo han formado parte de ceremonias oficiales, sino que también han cumplido una misión cultural, promoviendo el arte como forma de cohesión social.
“Lo que queremos es que la gente se sienta parte de esta paz que todos buscamos, y la música es un vehículo muy poderoso para eso”, expresaron los organizadores.
La experiencia fue significativa para quienes escucharon atentos. Porque al final, como dicen los músicos: “con que uno solo se emocione, ya valió la pena tocar”.
