El volibol une a la comunidad: jóvenes y vecinos mejoran el parque Valle del Agua con deporte
En un torneo relámpago de voleibol, jóvenes y adultos encontraron un mismo objetivo: apropiarse del espacio público, convivir y trabajar por el futuro de su parque


La red, el balón y el entusiasmo se convirtieron en herramientas de transformación social en el parque Valle del Agua, sede de un torneo relámpago de voleibol organizado por Parques Alegres IAP, en colaboración con el comité de vecinos del lugar.
Más allá de la competencia, el objetivo fue claro: fomentar la convivencia entre jóvenes y fortalecer el sentido de pertenencia hacia el espacio público.

En medio de una atmósfera festiva, donde no faltaron las porras, la música ni la vendimia para apoyar al parque, se coronó campeón el equipo de Los Aranes FC, que logró imponerse en tres intensos sets al representativo de Las Glorias.
El evento también contó con la participación del equipo anfitrión, Los Chanos de Valle del Agua, y Humbertos, este último proveniente del fraccionamiento Los Ángeles.
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“Este tipo de torneos buscan que la comunidad salga, conviva y se conecte con el parque. Un parque activo es un parque seguro, donde florecen los lazos vecinales”, destacó Lilia Carolina López Ceniceros, directora de Parques Alegres IAP.

Una cancha, una causa compartida
Lejos de ser solo un evento deportivo, el torneo fue una herramienta para fortalecer el tejido social.
Las cuotas de inscripción y lo recaudado en la vendimia se destinarán a mejoras puntuales del parque, un espacio que requiere mejoras en el alumbrado, gradas y juegos infantiles, necesidades para que el espacio pueda ser disfrutado plenamente por la comunidad.
El respaldo de Parques Alegres IAP incluye acompañamiento técnico, asesoría y gestoría. “En estos torneos rápidos, nuestro asesor social —egresado de la Escuela de Educación Física de la UAS— se encarga de coordinar desde las inscripciones hasta los trofeos. Pero lo más importante es que el trabajo lo hace la gente”, subrayó López Ceniceros.
“Aquí tienen un proyecto común: mejorar su parque. Y eso cambia la dinámica entre vecinos, la vuelve positiva y colaborativa”, añadió.

Vecinas que no se rinden
Detrás de la organización está también la historia de mujeres comprometidas con su colonia. Cristina Bernal y Teresa Bon, fundadoras del comité de vecinos, han sido piezas clave en esta transformación vecinal, además del presidente de dicho comité, Iván Robledo.
“Este parque necesita muchas cosas. Ahorita lo más urgente es la luz. Cuando oscurece, no se puede seguir con las actividades, y aun así no nos detenemos. Ver a los jóvenes jugando en vez de estar en la calle es lo que más nos importa”, explicó Cristina Bernal.
Gracias a su gestión, se han instalado bancas, se colocó una red de volibol donada, se plantaron árboles y se mantiene una dinámica activa de limpieza y uso del parque. “La gente se empieza a acercar cuando ve que el espacio mejora, que se mueve, que tiene vida”, agregó.
“Hace años nos quisieron invadir el parque, pero nos unimos y lo defendimos. Ahora somos unas diez mujeres que limpiamos, organizamos y cuidamos este espacio como nuestro”, relató con orgullo Teresa Bon, quien lleva 12 años trabajando por la colonia.

Juventudes en el centro de la solución
El torneo también fue una invitación abierta a las juventudes. La directora de Parques Alegres hizo un llamado claro: “Queremos que los jóvenes se inscriban. Estos torneos son itinerantes, van de parque en parque, y buscamos que los jóvenes se apropien del espacio desde una lógica positiva, constructiva, comunitaria”.
La visión es que cada parque pueda ser un motor de cambio, un espacio de paz y de conexión intergeneracional. Así lo demuestran los hechos: jóvenes de entre 14 y 18 años, compitiendo, apoyándose y conviviendo con sus vecinos, mientras ayudan a financiar el mejoramiento del lugar que habitan.
Una red tejida por todos
El parque Valle del Agua es hoy más que una cancha: es símbolo de resistencia y de esperanza.
Gracias al esfuerzo coordinado de vecinos, activistas, jóvenes y organizaciones como Parques Alegres, la colonia ha empezado a escribir una nueva historia, una donde el espacio público no es solo lugar de paso, sino de encuentro, pertenencia y construcción colectiva.
Porque cuando la comunidad se organiza, el deporte une, y la esperanza se convierte en acción.