Sinaloa, un estado resiliente que trabaja por la paz: destaca Carlos Juárez al presentar el Índice de Paz 2025
Sinaloa destaca en paz positiva a nivel nacional, pese a sus retos en seguridad. Expertos llaman a fortalecer el tejido social e instituciones para lograr una paz duradera.


En medio de los múltiples desafíos que enfrenta México en materia de seguridad, Sinaloa destaca no solo por sus contrastes, sino por su potencial.
De acuerdo con el Informe de Paz México 2025, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), Sinaloa se ubica entre los primeros cinco lugares en el país en cuanto a paz positiva, una categoría que mide la resiliencia, la colaboración y la capacidad de una sociedad para construir bienestar duradero.

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Carlos Juárez, director del IEP en México, visitó Sinaloa para presentar los resultados más recientes del estudio y compartir una visión integral sobre lo que implica realmente construir la paz.
Juárez señaló que “la paz no se limita a la ausencia de violencia. Es un fenómeno multidimensional que involucra instituciones sólidas, tejido social fuerte y un compromiso colectivo por el bienestar”.
Paz negativa vs paz positiva
El informe distingue entre dos tipos de paz: la negativa y la positiva. La primera se refiere a la seguridad pública y al control de la violencia —“lo que no queremos”, en palabras de Juárez— como homicidios, robos y conflictos armados.
En el indicador de paz negativa, Sinaloa ocupa el lugar 22 de 32 a nivel nacional, lo que lo coloca entre los diez estados con mayores retos en esta materia.
En cambio, la paz positiva habla de lo que sí se desea construir: una sociedad con mejor educación, mayor participación ciudadana, instituciones confiables y relaciones sociales saludables, detalló.
En este rubro, el de paz positiva, Sinaloa ocupa el quinto lugar a nivel nacional, solo por debajo de estados como Yucatán, Baja California Sur, Nayarit y Nuevo León.
"Eso nos dice algo muy importante”, subrayó Juárez. “Que hay un potencial estatal, social e institucional muy fuerte. Es una sociedad que se levanta después de una crisis, que se organiza, que trabaja junta. Eso es paz positiva”.
¿Qué necesita Sinaloa para avanzar hacia una paz duradera?
Para Juárez, la respuesta no está únicamente en las acciones del gobierno o de las fuerzas de seguridad. La paz se construye con una “orquesta social” donde cada actor tiene un papel que desempeñar: sociedad civil, empresarios, medios de comunicación, universidades, iglesias y gobiernos en todos los niveles.
“El trabajo interinstitucional, el esfuerzo de organizaciones migrantes, el activismo ciudadano... todo eso ya se está haciendo en Sinaloa. Pero se necesita fortalecerlo. Hay que cuidar el tejido social: las relaciones entre vecinos, entre familias. Hay que dar continuidad a los esfuerzos existentes y seguir convocando actores”, expresó.
Además, el director del IEP enfatizó que es necesario reforzar los pilares más frágiles de la paz positiva en el estado: la calidad del gobierno y la lucha contra la corrupción. “Sin instituciones eficientes y transparentes, todo el trabajo social corre el riesgo de caer cuando ocurren eventos de violencia”, advirtió.
Un estado que no se raja
Juárez compartió que, en su experiencia analizando distintos contextos en México y el extranjero, no es común ver un nivel tan alto de organización y compromiso social como el que se vive en Sinaloa.
“Ustedes lo han visto: es una sociedad resiliente, comprometida, que trabaja, que produce, que no se raja. Y eso es un activo social invaluable”, afirmó con admiración.
Este activo se refleja en la manera en que la sociedad sinaloense responde a las crisis: desde la pandemia hasta los eventos de violencia más impactantes. “No se quedan cruzados de brazos. Se movilizan. Trabajan mesa a mesa por la paz. Eso no es común, y es digno de reconocerse”, dijo Juárez.
Los jóvenes: víctimas invisibles de la violencia
Uno de los puntos más sensibles que abordó durante su participación fue el impacto de la violencia en las juventudes. “Los grandes perdedores de esta crisis de violencia son las y los jóvenes. Los hemos abandonado. Nos los están arrebatando de las manos, generación tras generación”, lamentó.
Para Carlos Juárez, resulta fundamental que las instituciones, las familias y la sociedad en su conjunto adopten una posición más protectora y proactiva frente a las juventudes. “Parece que nadie dice ‘estos jóvenes son míos’. No estamos siendo capaces de protegerlos. Y un solo homicidio es el fracaso de una sociedad completa”, sentenció.
Una visión de futuro compartida
El camino hacia la paz en Sinaloa no es fácil, pero tampoco es inalcanzable. El estado ya cuenta con muchos de los ingredientes necesarios: resiliencia, participación, compromiso y una fuerte presencia de actores sociales organizados. Lo que falta, en palabras de Juárez, es mayor articulación, más voluntad política y el fortalecimiento de las instituciones.
Y si bien los números sobre violencia no son alentadores, el lugar de Sinaloa en el Índice de Paz Positiva es una señal clara de que hay esperanza, y sobre todo, trabajo real en marcha.
“La paz no es una utopía —dijo Juárez—. Es una tarea colectiva, diaria, donde cada quien toca un instrumento. Y Sinaloa, si sigue afinando esa orquesta, puede ser ejemplo nacional”.