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Si quieres que tus hijos te escuchen

Aquí les dejo 6 frases mágicas que hacen que los niños escuchen a sus padres

8 septiembre, 2025
VA
Por VA
6 frases mágicas que hacen que los niños escuchen a sus padres.
6 frases mágicas que hacen que los niños escuchen a sus padres.

Si quieres que tus hijos te escuchen

He estudiado a más de 200 niños:
Aquí les dejo 6 frases mágicas que hacen que los niños escuchen a sus padres.

Los padres buscan constantemente maneras de lograr que sus hijos escuchen. 
Pero muchos nos centramos demasiado en intentar que obedezcan en el momento, en lugar de construir una cooperación genuina a largo plazo.

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He estudiado más de 200 relaciones entre padres e hijos, y yo misma soy madre. 
He aprendido que los niños escuchan mejor cuando se sienten conectados. 
Gran parte de esto se debe a la seguridad emocional:
Saber que son respetados y que tienen la libertad de expresar sus sentimientos.

Aquí les dejo seis frases mágicas que calman el sistema nervioso de un niño y hacen que la cooperación se sienta natural, que es el verdadero secreto para lograr que escuchen.

1. "Te creo".

En el momento en que los niños dudan ("¿De verdad querías hacer eso?"), se ponen a la defensiva. 
Pasan de la conexión a la autoprotección.

La confianza disipa la vergüenza y crea seguridad. 
Cuando un niño se siente seguro, puede oírte.

Ejemplo:

Niño: "¡No derramé el jugo a propósito!"

Padre/Madre: "Te creo. Limpiémoslo juntos".

Estás abordando el comportamiento sin entrar en una discusión.

2. "Resolvamos esto juntos".

La situación suele convertirse en un punto muerto cuando un padre/madre solo da órdenes. 
Pero cuando los niños ayudan a resolver el problema, es más probable que se apeguen a la solución.

Ejemplo:

Niño se niega a recoger los juguetes.

Padre/Madre: "Veo que no quieres recoger todo ahora. 
Resolvamos esto juntos. 
¿Cuál es el primer paso?"

Sigues manteniendo el límite mientras evitas las luchas de poder.

3. «Puedes sentirlo. Estoy aquí».

Cuando los niños se sienten abrumados, están en modo de supervivencia y la lógica no les funciona. 
Su sistema nervioso está en estado de lucha o huida, y necesitan ayuda para regular sus emociones. 
Esta frase valida sus sentimientos y les asegura que no están solos, lo que les ayuda a restablecerse.

Ejemplo:

Un niño en edad preescolar tiene una crisis nerviosa cuando se le cae la torre de bloques. 
En lugar de decir:
«Deja de llorar, estás exagerando»,
di: «Puedes sentirlo.
Estoy aquí».

Estás dejando que la oleada de emociones pase hasta que esté listo para volver a conectar.

4. «Te escucho. Dime qué pasa».

Antes de que un niño te escuche, necesita sentirse escuchado. Este simple cambio de prestar atención antes de exigirla disuelve la resistencia. Cuando los niños se sienten comprendidos, dejan de intentar resistirse.

Ejemplo:

Niño: «¡Nunca más volveré a jugar con mi hermano!»

Padre/Madre: “Te escucho. Dime qué pasa”.

Ahora estás descubriendo el dolor más profundo detrás del enojo, y esa es la parte que puedes abordar para ayudar a reparar tanto la relación como el comportamiento.

5. “Te entiendo. Estoy de tu lado”.

Muchas crisis se intensifican porque los niños se sienten incomprendidos o en conflicto con la persona que más necesitan. 
Esta frase te transforma instantáneamente de adversario a aliado, bajando las defensas y abriendo la puerta a la resolución de problemas.

Ejemplo:

Hijo/a: “¡Esta tarea es una tontería! No la estoy haciendo”.

Padre/Madre: “Te entiendo. Estoy de tu lado. Busquemos una manera de facilitar esto”.

Saber que estás ahí para ayudar, cambia el tono por completo. 
Será mucho más probable que lleguen a un acuerdo.

6. “Te tengo, pase lo que pase”.

Los errores pueden generar vergüenza. 
Pero cuando los niños escuchan esta frase, aprenden que el amor no depende del rendimiento ni de la perfección.

Ejemplo:

Tu hijo rompe el trabajo de un compañero y te llama llorando.

En lugar de sermonearlo, le dices: "Te tengo cubierto, pase lo que pase.
Lo arreglaremos juntos".

Esa es la diferencia entre la obediencia basada en el miedo y la verdadera responsabilidad.

Siempre les digo a los padres que si su comportamiento por defecto es gritar o amenazar, ninguna "frase mágica" deshará el patrón más profundo. 
Pero cuando proteges con regularidad la dignidad de tu hijo, le haces sentir seguro y respetas los límites, escuchar se convierte en el resultado natural.



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